INFANTILISMO POLÍTICO

Lo ocurrido con el señor Bolaños en la fiesta del 2 de Mayo en la Comunidad de Madrid, intentando inmiscuirse en un acto oficial, sin ser invitado, es una prueba más del infantilismo de los políticos españoles, su falta de madurez y respeto a los ciudadanos.

Se creen pequeños emperadores romanos, cuando el país esta hecho “trizas”.

Se preocupan de si mismo y tratan a la población con una falta de respeto intelectual clamorosa.

Los medios de comunicación, casi todos, no son ajenos a tanto disparate, haciendo noticia de la mala educación y de la falta de respeto en un acto oficial.

Los políticos quieren ser protagonistas, han olvidado que son nuestro empleados, pero actúan como si de una nación sin democracia se tratará.

En España, lo importante se oculta y lo secundario, se destaca.

Así por ejemplo, se oculta que cada vez los españoles somos más pobres, que casi el cincuenta por ciento de la población tiene dificultades para llegar a fin de mes y que según la clasificación del índice de pobreza, en un año ha crecido del 44,9 al 47,8 por ciento en la tabla de Anti Poverty Network, de los índices de pobreza.

Mientras, se gasta a manos llenas, veinte mil euros en un viaje a Nueva York de una Ministra y sus asesoras, el Falcón tiene una media de cuatro vuelos diarios, cada hora de vuelo cuesta 6.000 euros y así podemos seguir con el derribo de presas y muchos asuntos más descabellados.

En realidad, da la sensación que se nos quiere empobrecer para dominarnos mejor y hacernos a todos dependientes de las “migajas” del Estado.

Otra vida es posible, buscando el bien de verdad, y sirviendo a los ciudadanos y no sirviéndose de ellos.

ÉXITO DE LA SOCIEDAD CIVIL

Sin duda alguna, es un éxito de la ciudadanía, el haber conseguido más de 18.000 firmas, para frenar el derribo de los espigones de La Magdalena, y completar una obra muy necesaria para preservar el arenal.

Es incomprensible, que pasando por encima de los estudios realizado en su día por el Instituto de Hidráulica de la UC, de la existencia de miles de espigones en la fachada Atlántica francesa y de haber realizado una parte importante del gasto, se pudiera llegar a decisión absurda de derribar lo realizado.

Todo, por el capricho político de unos pocos, para llevar la contraria a un estudio bien realizado y sobre todo a una Corporación Municipal que con buen criterio abordó el problema, dejando a los técnicos actuar y solicitando a la Administración Central su ejecución.

A la mayoría de los que se oponían, no digo a todos, los espigones les importaba con perdón “un bledo”, se trataba de hacer oposición por oposición, sin criterio técnico.

Ahora, está administración del Estado, como en casi todo, ni una cosa, ni otra, aunque como vemos con las presas en muchos lugares de España, ante la falta de ideas para construir más, se dedican al derribo.

Habría que hacer pagar a aquellos que con su irresponsabilidad fueron incapaces de hacer a tiempo sus reivindicaciones, y que una vez iniciadas las obras, se dedicaron a “torpedearlas”, qué gran éxito el logrado: no dar ninguna solución.

Estamos rodeados de personas que se creen los “amos” de los designios de España y no cuentan para nada con la población, por lo que más pronto que tarde, tendrán que dar cuentas ante los ciudadanos de tanto gasto superfluo y tan poco respeto a los que piensan diferente.

OTRO SINDICALISMO ES POSIBLE

Los sindicatos o mejor dicho, la elites sindicales, se han manifestado el 1 de Mayo, cada vez menos personas, cada vez menos cosas que decir, cuando precisamente más se necesitan sindicatos libres, valientes y responsables.

Una gran mayoría de los representantes sindicales, son personas que quieren el bien para sus representados; sin embargo, cuando se llega a las cúpulas, casi todo se queda en manos de intereses políticos, convirtiendo unas instituciones necesarias y que antes han prestado buenos servicios a la sociedad, en un instrumento inservible.

Cuando en Europa, el sector del automóvil, esta seriamente amenazado, por leyes absurdas, sobre la utilización de carburantes, lo que dejará en la calle a miles de trabajadores, es incomprensible, que la mayoría de los sindicatos, estén callados y no se manifiesten continuamente ante la Comisión Europea, es increíble que no defiendan con claridad los puestos de trabajo en la automoción.

Es increíble, que con una inflación que nos impide llegar a fin de mes, se disculpe al Gobierno de toda responsabilidad y las cúpulas sindicales de UGT y CCOO, se conviertan en agentes electorales del Gobierno.

Es decir, no me extraña que la sociedad, les de la espalda, cuando realmente les necesita.

No se trata de las bases sindicales, repito, se trata del poder y dirección de las propias centrales sindicales mayoritarias, que han perdido la brújula, y han sucumbido ante tanto dinero procedente de la Administración, lo que les hace depender hasta el extremo, de hacer peligrar su desaparición.

Se necesita resetear el sindicalismo en su forma y manera de funcionar y renovarse de verdad acorde a lo que la sociedad necesita, porque parecen haberse quedado en principios del siglo XX y así de no variar su estrategia y recobrar credibilidad seguirán languideciendo, aunque algunos dirigentes tengan su salario asegurado.