Parece que la ciénaga de corrupción política y moral acabó por anegar toda la vida política, social de España.
Los audios de lo que aparenta ser la trama de corrupción más grave de la democracia, en altos cargos del Partido Socialista, personas cercanas y de la máxima confianza del Presidente Pedro Sánchez, son un antes y un después para el propio Presidente del Gobierno y su continuidad.
No es creíble, que el Presidente del Gobierno, no fuera consciente, ni tuviera ningún tipo de información, sobre la andanzas de dos personas tan cercanas a él como Ábalos, Santos Cerdán, no es creíble y si por casualidad no fuera consciente de la gravedad de toda la trama, su responsabilidad no decaería en absoluto por falta de vigilancia.
No es posible, en una democracia, que merezca tal nombre, que el Presidente no haya dimitido todavía de su cargo y visitado al Rey para disolver las Cámaras y convocar elecciones.
Si no lo hace, como ha dicho, el problema será aún mayor y su salida mucho más complicada y difícil para si mismo, con el daño consiguiente a la credibilidad del propio sistema.
Sánchez, pasará a la historia, como el Presidente del engaño, de la mentira y de la corrupción, a la vista de lo que se va conociendo, aunque la mayor corrupción, haya sido sin duda la corrupción de la mentira, de los programas incumplidos y de la creación de muros para dividir a los españoles, unos acto que debiera de ser imperdonable, por las consecuencias que sin duda tendrán para nuestra sana convivencia.
Los españoles en general, los políticos en particular, han estado mirando hacía otro lado, ante el declive moral y ético de este país y han dejado en manos de personajes sin vergüenza y honor que España, se encuentre en manos de los que quieren la España rota y destruida y de personas, a la vista de lo que se va sabiendo, sólo pendientes de su enriquecimiento personal.
Todo parece un mal sueño, que hay que parar lo antes posible, con todos los medios democráticos a nuestro alcance.