Nadie en su sano juicio, se cree la necesidad de ahorro energético con el apagón de los escaparates a las diez de la noche y el control de las temperaturas en locales públicos.
Nadie se lo cree, porque el señor Presidente del Gobierno no ahorra combustible, ni energía, no se baja del Falcón ni del Puma y por lo tanto, las medidas que preconiza nadie en su sano juicio se las cree.
Su credibilidad, es cercana al cero y por lo tanto no se debiera de extrañar de que nadie las cumpla.
Cuando un dirigente toma un decisión como esta,, primero debe de tratar de consensuarla y estudiarla bien y después, dar un ejemplo de coherencia.
Ahora, el señor Presidente acusa de “negacionistas” a los que creen que su medidas son “humo”, es decir efectivamente, son “negacionistas” de sus mentiras, como muchos lo fueron de las mentiras de la pandemia y de la gran mentira de los expertos que no existieron que en cualquier país serio hubiera supuesto la dimisión.
Los ciudadanos españoles ahorramos energía por la cuenta que nos tiene, debido a los precios, por lo tanto no necesitamos medidas que sólo crean malestar y casi nada aportan.
La mayoría de los españoles, estarían dispuestos a creerse algo, si el señor Sánchez renuncia a La Mareta, a Doñána, al Falcón y al Puma. Todo ello parece increíble.