UNA DECISIÓN DESCABELLADA PARA EL FUTURO DE CANTABRIA

Recogía en sus páginas El Diario Montañés, en una excelente información, el pasado sábado, la noticia de que Cantabria por decisión propia de sus gobernantes, no ha querido estar con Galicia, Asturias, Castilla y León en el proyecto del llamado Corredor del Cantábrico.

Un proyecto, que nació hace unos años, en una reunión de las Cámaras de Comercio y Organizaciones Empresariales, entre ellas las de Cantabria.

Es de suma gravedad, para el futuro de nuestra Región que Cantabria de manera unilateral, sin debate alguno y creo que sin razón alguna que pueda entenderse, no este en ese proyecto tan necesario y tan importante para el futuro de toda la Cornisa.

Se debiera de abrir un debate sosegado, pero con asunción de responsabilidades políticas, para conocer que ha motivado tan descabellada acción de no participar en el proyecto.

El puerto de Santander tiene un ochenta por ciento de sus clientes en Castilla y León y Madrid, estas zonas son nuestro hinterland.

Se pueden aportar datos irrefutables, tales como que Fasa-Renault con factorías en Valladolid y Palencia exportan sus vehículos por nuestro puerto, que por ejemplo, en este año 2021, se ha exportado por el puerto de Santander, casi cien mil toneladas de pizarra procedentes de León y de Galicia, con destino al sector de la construcción del Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Holanda y Alemania, también, nuestro puerto es clave en la importación de cereales para distribuir por el centro de España, en Madrid y Guadalajara, con clientes muy importantes.

Cantabria, debiera de seguir ampliando su horizonte comercial, con una extensión hacia el Valle del Ebro, por una comunicación bien de autovía directa con el noroeste de Burgos y La Rioja, bien a través de un enlace ferroviario con el corredor del Cantábrico en proyecto o una autovía de Colindres directa a enlazar con el límite de las provincias de Burgos y La Rioja.

El llamado tren a Bilbao, estratégicamente es un error, Cantabria no absorberá ningún cliente del País Vasco y nuestro potencial crecimiento hacia el Valle del Ebro y el Levante sería absorbido por el puerto de Bilbao, quedando

el puerto de Santander como “plato de segunda mesa”, admeás de otras consideraciones geoestratégicas y políticas del futuro.

Cantabria, ya sufrió con el boicot vasco al Santander-Mediterráneo, una experiencia lamentable y una afrenta que no puede repetirse, salvo que haya otros intereses, que desconozco, lo que sería de una extraordinaria gravedad.

Cantabria, debe de pensar en lo mejor y en lo más inmediato como sería también acabar una autovía que lleva casi veinte años en ejecución, en concreto, el trayecto de ochenta kilómetros entre Aguilar de Campoo y Burgos, acabar esa obra que se ralentiza de manera incomprensible, cuando por cierto el Ministro Iñigo de la Serna, tenia estudiada la formula para acabarla rápidamente con una financiación diferida y ahora estaría a punto de inaugurarse todo sus tramos.

En definitiva, es muy grave lo ocurrido, nadie por capricho, ignorancia o desconocimiento, debiera tomar decisiones de tanta transcendencia sin mirar donde están nuestros clientes potenciales.

Rectificar sería de sabios y además de prudentes, me gustaría equivocarme pero posiblemente no será así aunque algunos lo recordaremos continuamente, sabiendo que la razón nos asiste.

PARAR LA CRISPACIÓN

Es necesario parar la crispación política, pero no es fácil, cuando en realidad se quiere utilizar la misma para interés político, sin mirar las consecuencias que se derivan.

Cuando se gobierna intentando dividir y se olvida prácticamente a la mitad de la ciudadanía, sucede lo que esta sucediendo en España.

La aprobación de leyes tóxicas, como la ley de Menoría Histórica, que impide un relato de la historia distinto con un pensamiento libre, cuando se lleva la deuda del Estado a limites extremos, cuando se encierra a los ciudadanos inconstitucionalmente y no se pide perdón, cuando todo lo que no este de acuerdo con la directrices del Gobierno es “facha”, la división está clara.

Y la división es un “virus” muy peligroso para la convivencia, una convivencia en paz, lograda con el abrazo de las dos Españas y que parece querer ser “dinamitado” por intereses particulares. de índole político.

No se puede pactar con los independentistas, y estar todo el día hablando de los guerra civil, una “matraca” divisoria partidista y que el pueblo español había superado.

La gente de bien, es decir la mayoría, quiere la concordia, el entendimiento, el pacto y la claridad y honradez en la gestión, no creo que sea mucho pedir, aunque parece que para tanto insensato e irresponsable, así parece ser.