La amnistía, que quiere proponer el Gobierno del señor Sánchez a Puigdemont y compañía , es un acto de traición a los ciudadanos y de facto, una conversión de la democracia en una dictadura.
La igualdad de los ciudadanos ante la ley, es un principio básico en cualquier democracia que se precie, y por lo tanto los Tribunales de Justicia deben de intervenir, y parar lo que de hecho es una violación de suma gravedad del estado de derecho.
Una desobediencia de tal tamaño, por conseguir siete votos, merece chocar en los tribunales y llevar a los que firmen tala cuestión al banquillo de acusados.
Tengo la ligera impresión que el señor Sánchez, no ha calculado bien, el riesgo que corre si finalmente como parece, sigue adelante con la amnistía.
Puede encontrarse con querellas, pueden encontrarse con una desobediencia de aquellos que no tienen porque aceptar una vulneración de la ley tan clara y grosera.
El comportamiento, del señor Sánchez, es el de un dirigente que ha perdido el sentido de la realidad y de la pluralidad de la sociedad y por supuesto el sentido de la obediencia a las leyes.
Su final político, puede ser muy triste y lo que es peor, crear un problema de convivencia de gran caldo en la sociedad, al romperse el imperio de la ley y ser usurpado de hecho por el Gobierno, rompiendo la separación de poderes.
En definitiva, estemos atentos porque se pueden presentar días muy tristes y de respuestas imprevistas.