El día en que Pedro Sánchez, salga del Gobierno de España, nos habrá dejado una España mas dividida, más enfrentada, más pobre, y más endeudada.
Nos dejará una España, en la que el mentir parezca normal e incluso bueno y en la que la televisión pública, que debiera de ser de todos y plural, se dedica a faltar el respeto y ofender a los sentimientos más profundos de los católicos, como acabamos de conocer en el programa de las campanadas de de fin de año.
La herencia que nos dejará el actual Gobierno, será también el de unas instituciones desprestigiadas, empezando por el Tribunal Constitucional, y siguiendo por la Fiscalía General del Estado y otras sometidas al capricho del Gobierno.
Los españoles de bien, no podemos mirar hacía otro lado, es la hora de actuar y exigir a Partido Popular y Vox que se pongan de acuerdo y que establezcan una estrategia común, para impedir que este país entre en un crisis de proporciones desconocidas en los últimos cuarenta años.
Hay que recuperar la concordia, las leyes, reformar aquellas instituciones que han quedado dañadas y mostrar a la sociedad que así no podemos seguir.
Sólo desde la recuperación de valores, este país tiene viabilidad, porque de seguir en manos de personajes sin escrúpulos ni respeto a la pluralidad y al sentido común, antes que tarde, la sociedad acabará descompuesta y sin ilusión por la prosperidad y la libertad.
Es necesario que este Gobierno, empapado de prejuicios y de ideologías que son una “antigualla”, se marche de forma urgente para abordar una situación de recuperación moral y social.