LA CRISIS DE LOS MEDIOS Y SU INFLUENCIA EN LA LIBERTAD

Los medios de comunicación en general y la prensa escrita en particular viven actualmente una profunda crisis, posiblemente, la más grave del último siglo, que de forma  indirecta amenaza la correcta información a la sociedad.

Muchas empresas de comunicación, no todas afortunadamente, pero si de forma muy mayoritaria, dependen de las diferentes administraciones públicas, para su subsistencia.

Si no fuera, por la campañas publicitarias y anuncios del Estado, Comunidades, Ayuntamientos y empresas públicas, muchos medios de comunicación, hubieran echado ya su cierre, debido a sus cuantiosas pérdidas.

En está situación, es casi imposible, pedir a estos medios, una información valiente e independiente, dado que su gran dependencia económica depende de la voluntad política a derecha e izquierda, y ello les les hace muy vulnerables y tienen que someterse directa o indirectamente al relato permanente del poder y sus intereses.

En está situación, la libertad de expresión, el conocimiento de la verdad, se convierte en algo casi imposible, teniendo así como casi todos los medios abordan los mismos temas, sin salirse de lo políticamente correcto.

Al final del proceso, tenemos una opinión pública muy mal informada, imbuida de los mismos pensamientos y sin capacidad de critica al poder, lo que hace que la democracia sea más de apariencia que real, haciendo imposible una democracia participativa y madura. 

CADA DÍA UNA NUEVA POLÉMICA

En una estrategia irresponsable, el Gobierno de Pedro Sánchez, saca cada día una polémica artificial para distraer al personal y así los medios de comunicación y la oposición siguen su guion, desviando la atención de los grandes problemas que tiene España.

Ahora, toca meterse con las Universidades privadas, generando zozobra, inseguridad en miles de alumnos y puestos de trabajo, pero a ellos no les importa, porque lo único que les importa es estar en el poder.

Las declaraciones de la Vicepresidenta, cuestionando algo tan básico desde el imperio romano, como e la presunción de inocencia, es otra prueba de gran irresponsabilidad, que no es fruto de la improvisación, se trata de desviar la atención, crispar, dividir y a sus bases seguir radicalizándolas hasta límites extremos.

En definitiva, toda una desvergüenza, de un Gobierno que ha perdido el respeto a los ciudadanos y que parece estar dispuesto a dejar a nuestra democracia irreconocible, eso si, con el consentimiento de una Comisión Europea, que parece sentirse muy a gusto con todo lo que está sucediendo.

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