Ni ejemplo de regeneración ni sentido común, la propuesta de que Javier Maroto, sea nombrado senador autonómico por Castilla y León, después de no ser elegido en su tierra en Álava como diputado, es un insulto al sentido común y una componenda que demuestra que en la sede de Génova 13 no están por aplicar el sentido común y el buen gobierno, sino las decisiones absurdas y sólo pensando en sus intereses particulares.
El señor Maroto, puede representa legalmente en el Senado a Castilla y León, pero no lo hará mejor que alguien que sienta y conozca de cerca los problemas de esa tierra.
La decisión, es un desprecio a los militantes del PP de Castilla y León, una tierra noble, donde la formación popular ha forjado grandes mayorías para gobernar España y que ahora recibe la noticia de colocar a un señor, que no representa a los habitantes de Castilla y León.
La actual dirección del PP, no ilusiona con este tipo de decisiones, es más decepciona.
Si los dirigentes del PP, creen que su partido se puede dirigir a golpe de teléfono desde Madrid, mal futuro auguro en las relaciones internas de esa formación.
Debieran ser prudente y tratar de ganarse la confianza de los militantes, para luego poderse ganar la de los electores, de lo contrario, su futuro político puede quedarse en una anécdota y eso no será bueno para tener una alternativa real y moderada que vuelva a ilusionar.