Es evidente que la corrupción no es cuestión de ideologías, es cuestión de personas y por lo tanto ni por pertenecer a una ideología o pertenecer a otra uno es más o menos corrupto, sino que lo normal es que la mayoría de las personas que participan en política sean honradas.
Dicho esto, ante la palabras de señor Ábalos, como tratando de quitar la importancia a la sentencia de los ERES, próximamente vendrán más, habrá que recordarle los casos de corrupción de Filesa, Malesa y Time Sport y el caso Roldán, así como el famoso caso las comisiones por la adjudicación de los trenes AVE a Alemania o el gran caso de corrupción alemán Flick, en la que también al parecer se pudieron producir comisiones, aunque entonces no se había legislado al respecto.
Por lo tanto, nada tiene de que presumir el PSOE y debieran ser sus dirigentes un poco más humildes y pensar que el ser humano es el que falla y no es cuestión de pertenecer o no a un partido, a no ser, que se tenga un cinismo estratosférico y no se quiere reconocer las propia debilidades humanas que por cierto están lejos de las ideologías, pero que son más fáciles vista la historia, en aquellos que se creen que lo de todos es de ellos y que además son mejores que sus semejantes.