Parece imposible, pero lo es, un gobierno con mínimos apoyos como el de Pedro Sánchez, transmite a la sociedad la idea de que sus apoyos son casi unánimes, cuando realmente es todo lo contrario.
La falta de contrapesos, es decir de unas instituciones fuertes ayuda a que se produzcan este tipo de situaciones muy peligrosas para la propia democracia.
El nombramiento de una Fiscal General que horas antes ocupaba el Ministerio de Justicia, es una muestra del serio riesgo que corre el buen funcionamiento democrático.
Por un lado, se gobierna acusando a la oposición de ser radical, cosa incierta, cuando la radicalidad es la del gobierno, por otro, se dan carnets de demócratas por parte de personajes totalitarios en su trayectoria, me refiero a los comunistas y bolivarianos y por otro se trata de evitar cualquier control, deslegitimando a la oposición que representa a más media España, que no esta de acuerdo con este Gobierno.
Más que nunca, se hace necesario una coalición transversal de los defensores de la libertad y la democracia, el sistema democrático aunque existe formalmente, puede tomar una deriva de suma gravedad, bajo el paraguas del falso progresismo que es todo lo contrario, engaño y manipulación.
Se presentan tiempos muy difíciles para la democracia, no en sus formas, sino en el fondo.