Estábamos hasta ahora, en la sociedad de la imagen y del marketing, espero que después de esta tragedia que estamos pasando, la sociedad se fije más en lo real y deje lo aparente que se nos trata de inculcar.
Los mayores, nuestros mayores, aquellos que han hecho tanto por nosotros, mueren en residencias en medio de una sociedad atónita.
Tengo un familiar directo en una Centro, que muchos días antes que las autoridades marcaran protocolos, se adelanto a tomar medidas para proteger dentro de lo posible, a las personas que con diferentes problemas médicos son atendidas.
Sin embargo, las autoridades del Estado debieron enterarse muy tarde, del grave riesgo que corren nuestro mayores ante este virus asesino que padecemos.
La Comunidad de Madrid, se adelanto a cerrar los centros sociales y otras Comunidades también lo hicieron, sin embargo, por lo general se ha reaccionado tarde y con pocos medios en toda España.
Tiempo habrá de sustanciar responsabilidades y espero que se busquen bien y no precisamente en los responsables de las residencias, sino en los que debieran haber previsto el alto riesgo que corren nuestros mayores y que cobran impuestos y viven de ello.
Algunos, llevamos ya trece días sin ver a nuestros familiares, cuestión muy lógica y sin embargo, hasta hace muy poco días a nivel del Estado no se tomaron medidas claras y drásticas en otras residencia, en absoluto por mala fe de estas, sino por falta de liderazgo de las autoridades competentes que deben de ir por delante.
Una sociedad, que no quiera y no respete a los mayores, es una sociedad en quiebra, una sociedad que debiera recapacitar y corregir la forma de ser, vivir y sobre todo sentir.