El caos que ha originado la pandemia del coronavirus en muchas residencias y centros de mayores, es una de las muestras más claras de la falta de previsión de las autoridades competentes.
No es de recibo, que ahora la Fiscalía anuncie que abrirá información sobre la actuación de las residencias afectadas, cuando muchas de ellas venían avisando de una situación desesperada, por falta de medios, ya que su personal al estar afectado estaba de baja y no podía atender a los mayores.
No quiere decir, que en algún caso pudieran existir responsabilidades de algún gestor, pero en modo alguno se puede cargar al personal y a los gestores de las residencias con la responsabilidad, cuando la responsabilidad está en otra parte.
La responsabilidad esta en los que mienten de forma permanente, en los que contra sentido común no fueron previsores de que los mayores eran las personas más vulnerables, en definitiva, en los que debieran de ir varios pasos por delante que el resto de la sociedad y casi no hicieron nada.
Si ahora es el momento de la unidad, que los es, no tiene sentido el que la Fiscalía se dedique a abrir expedientes en las residencias afectadas y no abra una investigación a los que teniendo responsabilidad y medios no tomaron apenas medidas. Una desvergüenza. Se es fuerte con el débil y débil con el fuerte.