Hoy es Jueves Santo: “Día del Amor Fraterno”. En medio de esta tragedia que estamos viviendo, recapacitar y poner el amor por delante de la rabia y de la frustración ante tanto dolor y tanta incompetencia.
Jesús, entregó su vida por nosotros, sufrió el desprecio y la incomprensión de los suyos y también le flaquearon las fuerzas ,como nos ocurre a nosotros tantas veces: “Dios mío, Dios mío porque me has abandonado”.
Tenemos flaquezas, ganas de lanzar muchas veces nuestras frustraciones, nuestras ganas de decir “a chorro” todo lo que pensamos, de expulsar lo peor de nosotros mismos.
Pero no, no debemos de caer en esa tentación, que nos hace peores. Busquemos al
Señor en este día que instituyo la Eucaristía, el alimento de vida.
Busquemos, la brisa de la paz, la brisa junto al mar de una tarde de verano, la brisa de la reconciliación, del encuentro de la paciencia infinita que necesitamos, del perdón sin límites.
Hoy es Jueves Santo, nuestras calles están vacías, los pasos procesionales en sus Iglesias y Capillas, el silencio y la melancolía lo envuelve todo.
Sin embargo, el Señor esta con nosotros, aunque a veces parece que hay demasiada oscuridad, la derivada de nuestro corazones dubitativos, llenos de miedo, pero nada nos debe de preocupar: El Misterio de la Fe es así, inabarcable y lleno de dudas, pero detrás de estas dudas esta la Pascua, la Resurrección, la alegría de que el bien vencerá definitivamente al mal y que algún día nos encontraremos cara a cara con Dios.