Iniciamos el mes de mayo, el mes de María, el mes de la flores, del olor a hierva en nuestro campos, el mes de días largos, en el que se mezcla el sol y la lluvia fina.
El mes de la esperanza, si esperanza, porque nuestra madre nunca nos abandona, vivamos este mes desde la devoción a la Santísima Virgen.
A Jesús a través de María.
Si nos fiamos de María, tendremos asidero seguro, lo podemos sentir y tantas y tantas personas lo han sentido y vivido.
Faro de luz, blancura sin igual, mediadora nuestra; siempre a nuestro lado.
María, intercede por nosotros en esta hora, danos fuerza e ilusión, consuela a las familias de los que más sufren, quítanos el miedo, protégenos y líbranos de todo peligro.
El mes de mayo, es una gran oportunidad para reforzar nuestra fe y sentirnos acompañados.
¡No tengamos miedo!