El sistema instalado en Hong Kong, un país, dos sistemas, está a punto de quebrar en medio de grandes manifestaciones de los habitantes del que fue en su día un enclave británico.
Las revueltas y las detenciones han vuelto a las calles, después de que el gobierno comunista de China, quiera disminuir las libertades y superar el estatuto especial que goza la ciudad.
El comunismo, cada vez soporta peor, que los habitantes de este poderoso centro internacional de negocios, luchen por mantener su libertad, por miedo a que esta forma de vida, se acabe trasladando al resto de China, que a pesar de su brutal capitalismo económico, vive una cruel dictadura, con las libertades cercenadas y con la permanente persecución de toda disidencia.
Lo que en su día se aventuro como un experimento de éxito, es decir la soberanía China sobre Hong Kong, pero manteniendo su régimen de libertades y de forma de vida, puede estar apunto de quebrar.
El miedo de China a las libertades, viene motivado también, por el anquilosamiento de un régimen de privilegios del Partido Comunista Chino, que si es verdad en su día evolucionó para poder desarrollarse en lo económico, no lo hizo en el capitulo de libertades, por ello se persigue a los cristianos y a toda religión, salvo a la llamada patriótica.
En el fondo, es una muestra más del fracaso comunista, que en este caso puede suponer una fuente de conflicto con otros países de la zona y con Estado Unidos, con este país también mantiene una disputa económica de “gran calado”, que puede aún complicarse más si china finalmente no respeta lo rubricado en su día con el Reino Unido para la descolonización Británica.