Parece evidente que desde el Gobierno, se hace todo lo posible para que parezca que su gestión no ha sido tan mala en la pandemia del Covid -19.
Ya no sólo por el número real de fallecidos por esta enfermedad, cuyas cifras son muy superiores a los datos oficiales, como recogen los Registro Civiles y las empresas funerarias, sino que también como recoge el digital “La Información”, el número de personas que han padecido la enfermedad en muy superior a los 240.000 que recogen los datos oficiales; ya que se han producido 700.000 bajas por incapacidad laboral derivada del Covid-19, según la Seguridad Social.
La cuestión estriba, que se han confirmado por la prueba PCR sólo 210.000 personas, aunque el número de las que fueron aisladas, pero sin prueba PCR fue de 490.000, además sólo se contabilizan en este caso, entre los 16 y 65 años.
La mentira, se esta adueñando de la vida pública de este país con un descaro realmente peligroso, acostumbrando a la sociedad a que no decir la verdad no tiene ninguna importancia, lo que no deja de ser una temeridad y un riesgo de muy grave para nuestra imagen como país y una falta de respeto absoluta a los familiares de los fallecidos por esta pandemia.
Se puede comprobar así, que algunos están dispuestos a superar todo los límites de la ética y la moral hasta ahora conocidos, así se fraguan como recoge la historia muchos conflictos.