Tenemos por delante el gran reto de la recuperación económica, después de la grave pandemia del Covid19.
España, se enfrenta a un gran esfuerzo de desarrollo en los próximo meses y necesita estabilidad, mesura, prudencia y sentido común; en definitiva, dar confianza a los inversores pequeños y grandes para poder generar empleo y recuperar la actividad de forma rápida
Sin embargo, no parece que las intenciones del gobierno, sean la mesura y el sentido común, sino más bien. la ocupación de todos los resortes del poder y el continuo cambio de objetivos.
La nave llamada España, navega con una tripulación inexperta, desunida y con intereses distintos, además su capitán parece no reconocer que el estado de la mar no permite experimentos que puedan ser peligrosos.
Esta saliendo capital de este país y apenas llegan nuevos inversores, ante la inestabilidad de la situación política y ante la radicalidad de algunos de los miembros del ejecutivo.
La ayuda financiera de la UE es fundamental, pero de igual manera lo es una buena gestión y aprovechar bien los recursos financieros que lleguen de Bruselas, de lo contrario, será difícil conseguir estabilidad y prosperidad.
Una economía débil, pone en serio riesgo los servicios básicos de una sociedad moderna tales como sanidad, educación y pensiones.
Mucho me gustaría equivocarme por el bien de todos, pero nuestros dirigentes no están preparados para gestionar nuestro inmediato futuro.