Vivimos un tiempo, que aunque parezca paradójico, el exceso de información nos puede llevar a la confusión a la desinformación y muchas veces al miedo.
Parte de la información referente al Covid-19, es una muestra de ello.
Opiniones contrapuestas, sin contraste alguno, aspectos sensacionalista y apocalípticos están creando un clima peligroso.
En absoluto, se debe quitar importancia a la pandemia del Covid 19 y los estragos causados en muertes y afectados, todo lo contrario, pero en la etapa actual por lo menos en Europa, se debiera informar mucho mejor y de forma clara y concisa, sin faltar nunca a la verdad.
Los ciudadanos tenemos derecho a saber, cuantas personas en esta nueva etapa del virus, ingresan en las UVI, cuantas personas fallecen y que edades y patologías anteriores podían tener.
Estos datos son claves, para saber la realidad y no asustar más de lo debido.
Sobre el Covid 19, se está informando continuamente sobre estudios e incluso terapias, sin confirmar, lo que genera desinformación.
El fracaso en la OMS por sus cambios de opiniones y su falta de información concreta y correcta, se ha trasladado a muchos países, lo que genera inestabilidad en todos los campos de la sociedad.
No quiero pensar en confabulaciones para meter miedo y así dirigir a la sociedad, pues han sido y son muchas las personas fallecidas y enfermas, por lo tanto, el máximo respeto a la pandemia. Ello no debe ser obstáculo sino al contrario, para informar bien y saber la verdad, no sólo se debe de tratar de llenar espacios informativos y periodísticos, sino facilitar una información fiable.