Los mismos que juzgan a todo aquel que discrepe, aquellos, que patrocinaban concentraciones ante la sede del PP, aquellos, que pedían dimisiones a la primera de cambio a otras formaciones, están sitiados judicialmente, con casos para todos los gustos y ahora se quejan del trato que reciben.
Ellos eran la nueva política, el “aire fresco”, yo nunca lo creí porque las ideas comunistas siempre se suelen disfrazar inicialmente de libertad para luego dejar ver su realidad.
Los máximos dirigentes de Podemos deben de enfrentarse ante la justicia y dar cuenta de su financiación, de la procedencia de los fondos y de todo lo que la causa vaya marcando.
Si hubieran aplicado lo mismo que pedían para los demás y no vivieran en la mentira permanente, estos señores ya no estarían en el Gobierno.
España, no puede enfrentarse a una de la crisis sociales y económicas más graves de su historia con un Gobierno en el que una de las fuerzas políticas que lo forman esta sometida a una investigación judicial.
Para que llegará Podemos hasta donde llegó, ha sido necesaria mucha mentira, mucha colaboración interesada y mucho error en algunos adversarios políticos.
La “fiesta” Podemita parece haberse acabado y ya no pueden dar lecciones de nada, si algún día pudieron darlas.