FALTA DE CREDIBILIDAD EN LA SOCIEDAD

La mentira, la falta de verdad, en la vida pública y social está teniendo graves consecuencias de todo tipo en las relaciones humanas.

Cuando la mentira, parte del poder, la situación aún es más grave y tiene consecuencias aún más perniciosas.

Hasta hace unos años, en las democracias avanzadas, la mentira era considerada y todavía los es en algunos países, como motivo de dimisión o de cese fulminante en cualquier cargo de responsabilidad.

En España, todo lo contrario, el mentir no tiene una condena social y es un instrumento más del marketing político.

Sin embargo cuando llega una crisis como la que vivimos derivada del Covid-19, el mentir, el faltar a la verdad, tiene unas consecuencias letales, porque nadie cree a nadie, sobre alarmas, métodos y normas.

A ello contribuye la falta de dirigentes a nivel internacional y nacional con credibilidad desde el punto de vista científico y político.

Cuando el ciudadano es atosigado de normas que no se explican bien, o no se entienden y que son cambiantes, al final, toma decisiones erróneas porque el caudal de credibilidad de los que las dictan está muy mermado.

En este proceso estamos actualmente en España, estamos, pagando un alto tributo por la falta de credibilidad de los medios de comunicación, de los políticos y ahora hasta de algunos expertos, que también han dilapidado una parte de su prestigio y eso es muy grave y peligroso, porque la sociedad se queda a la deriva.

Todo ello es culpa de la falta de verdad y de respeto a la sociedad.