Este Gobierno del señor Sánchez, utiliza continuamente, para tener a la sociedad sometida, lo que se llama el triángulo dramático de Karpman, que proviene del análisis transaccional.
En uno de los vértices del triángulo esta el Gobierno, que aparece como el salvador, dice que todo lo hace por el bienestar de los ciudadanos y por su salud, aunque ello no sea cierto del todo. En otro vértice, está el perseguido que es la oposición que protesta porque hay abusos y cree que no se hacen las cosas bien y en el otro vértice del triángulo, está la víctima, es decir el pueblo español que se siente en la necesidad de un rescate y se siente indefenso y por lo tanto ve bien la acción del vértice salvador, aunque esta no sea correcta y sólo obedezca a intereses de poder.
El Ministro de Sanidad, repite continuamente el paradigma, de que sólo importa la salud, aunque es obvio, que se utilizan medidas políticas en esa supuesta defensa no contrastadas.
Se busca que el pueblo sea sometido, si derecho a estar en desacuerdo, ni siquiera a discutir medidas que atentan contra libertades y derechos.
Todo un “cocktail” de falsedades y medias verdades, que previamente agitado por los medios de comunicación es consumido por la población sin rechistar.