Hay que tener mucho “cuajo” por no decir otra cosa, para salir en una comparecencia que se dice es de rendición de cuentas, “sacando musculo” por su gestión como ha hecho el Presidente del Gobierno.
Un Presidente, que se auto examina y se pone nota, algo a lo que parece esta acostumbrado.
Menos mal que según ese comité de evaluación, el grado de cumplimiento está en trono al treinta por ciento en lo que llevamos de legislatura, porque si fuera del cien por cien, estaríamos en el caos más absoluto.
Este señor insulta nuestra inteligencia, después de su gestión desastrosa, todavía hay 300.000 personas sin cobrar los ERTES, miles de pequeñas empresas han desaparecido, una de las peores gestiones del mundo de la pandemia, mentiras y rectificaciones continuas y un gasto desorbitado y sin control en cargos públicos.
Colas para recoger alimentos en la Cáritas y las calles comerciales con un cartel: “SE VENDE, SE TRASPASA”.
¿De que tiene que presumir este señor?.
Sólo una sociedad inerte y que se está acostumbrando a vivir en la mentira, puede soportar tamaño insulto al sentido común y a la verdad.
Es verdad, que su credibilidad esta bajo cero y que debiera después de sus intervenciones decir aquello de algunas cintas cinematográficas: “cualquier parecido con la realidad en mera coincidencia”.