Recientemente José María García, ha dicho: “Los medios de comunicación están en quiebra”.
No se si será para tanto, pero es verdad que la gran mayoría dependen de los ingresos provenientes de las campañas de los diferentes Gobiernos.
No son viables, en una mayoría, sin las campañas institucionales.
De esta manera es imposible que exista libertad, es imposible que la democracia respire porque todo esta supeditado al poder.
Esta situación es trágica para España y los españoles, que vemos como nuestras libertades no encuentran vehículos de expresión suficientes para hacer de contrapeso al poder cada vez mayor de las administraciones públicas.
No hay democracia sin libertad, no hay democracia sin opiniones diversas y plurales y en España, los medios televisivos y los grandes grupos están cada vez más pendientes de lo que dice el poder establecido.
Me atrevo a decir, que poco tienen que en envidiar en materia de libertades los telediarios del régimen anterior a gran parte de los diferentes informativos actuales y no es una exageración, es la realidad de una opinión pública sometida y anestesiada.
No es de extrañar que según un reciente estudio de la Universidad de Oxford, los medios de comunicación españoles aparezcan como de los de menor credibilidad de Europa.
La falta de libertad informativa, empieza a ser un obstáculo casi insalvable para una democracia enferma.