Es verdad, que el comunismo hizo estragos de todo tipo en Rusia, precisamente por ello, la mayoría de los rusos, no tienen nostalgia del antiguo régimen.
Pero Rusia, un estado democrático con muchas carencias, en las que todavía se persigue por parte del poder a personas que piensan distinto; pero en medio de tanto desatino y opresión, tienen cosas buenas.
Putin, acaba de defender en la cumbre del Balneario de Sochi, los valores de la familia y ha hablado de valores espirituales, cuestión impensable en nuestros supuestos “líderes” occidentales.
Pero Putin, hablo muy claro sobre un tema crucial, que amenaza nuestras sociedades de forma muy grave de cara al futuro, como es la llamada ideología de genero.
El pasado jueves el líder ruso dijo, “que la noción de que a los niños se les enseñe que un niño pueda convertirse en niña y viceversa es monstruosa y está al borde de un crimen contra la humanidad”
En otro momento de su intervención declaró, que los defensores de los nuevos enfoques, “van tan lejos como que quieren eliminar todas las noción de hombre y mujer y aquellos que se atreven a decir que los hombres y mujeres existen y esto es un hecho biológico, están casi desterrados”.
Es imposible resumir mejor lo que ocurre en occidente y parece increíble que sea Vladimir Putin quién haya dicho tantas verdades.
¿Quién rescata de tanta miseria moral a lo que antes era el mundo libre?
Igual Rusia, está llamada a medio plazo a reconquistar los valores espirituales y cristianos y el sentido común. Todo es posible ante la decadencia de occidente.
El silencio cómplice de tantos, debiera hacernos pensar que está ocurriendo y los cristianos en particular y las gentes de bien en general, no podemos ser equidistantes, sino claros y concisos en la defensa del bien y no de la perversión.