El relato sobre el COVID-19 se cae a trozos de un día a otro. La OMS dice ahora que será una enfermedad con la que habrá de convivir y habla del fin de la pandemia.
El Ministro alemán de Sanidad, Karl Lauterbach, ha dicho que las personas no vacunadas, han sido erróneamente culpadas de la pandemia.
Ha sido un cambio de rumbo muy rápido, que puede ser fruto de las grandes protestas en diferentes países, del fracaso de la vacunación para prevenir la enfermedad o de las demandas con todo tipo de responsabilidades que se avecinan a nivel internacional, o que sencillamente, el intento de control de la sociedad aprovechando este medio ha fracasado.
Pero ahora queda por delante, saber la verdad y pedir responsabilidades a aquellos que con sus decisiones, han llevado a muchas personas a padecer efectos secundarios de todo tipo debido a este experimento.
Infartos, ictus, problemas autoinmunes y otros muchos padecimientos, que muchos medios de comunicación, con otras complicidades, ha ocultado y quitado importancia.
La sociedad, ha sido anestesiada a base de exageraciones y mentiras y muy poca ciencia, es más, se ha evitado cualquier discusión o debate científico por parte de aquellos que sin interés alguno mantenían tesis diferentes.
Debemos saber la verdad, sin más obstáculos, para impedir que ante cualquier otra pandemia, se utilice la misma para pervertir el derecho y la libertad.
El bien común, la convivencia pacifica y la verdad, deben de anteponerse al negocio de cualquier farmacéutica.