Me pregunto, que dirán los grandes comunicadores de este país y los políticos que hablaban de la seguridad de las vacunas después de escuchar al científico José Ramón Laporte Rosello, Catedrático de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su demoledora intervención en la Comisión de vacunas del Congreso de los Diputados.
Me pregunto, si como han hecho algunos medios descalificaran personalmente, sin razón técnica alguna o por el contrario en una actitud noble, abren los ojos y la inteligencia a lo dicho, que por cierto ya lo habían manifestado otros científicos fuera de España y también de aquí, sólo que no se recogía en los medios.
¿Rectificarán, pedirán perdón? .
El daño hecho es irreversible, el miedo generado ha destrozado la salud de muchas personas y los fallecidos por daños de las propias vacunas demuestran, que se mentía cuando se decía de forma continua que las vacunas eran seguras.
Que se lo pregunten a los familiares de los fallecidos y a los que han padecido ictus, miocarditis, pericarditis inexplicables y otras respuestas de carácter grave.
Me pregunto, si no les golpea la conciencia cuando a sus millones televidentes, lectores o radioyentes, les han podido mal informar o llevar al engaño.
Creo que la mayoría de estos comunicadores, han sido engañados, con un relato más bien falso y por lo tanto no hay mal intencionalidad, pero estaban obligados a leer lo dicho por otros científicos y dar cuenta de ello, sin cercenar ninguna hipótesis, pues lo único importante es saber la verdad y evitar que algo así pueda suceder.
Todos estos comunicadores, deben pedir perdón y decir que fueron engañados, con ello ganaran en credibilidad y por supuesto en humanidad, todos somos susceptibles de no decir lo correcto y equivocarnos y también de ser engañados.
Lo que en modo alguno se puede hacer, y ello si debiera tener consecuencias de índole penal, es no reconocer la verdad y mucho menos ocultarla.
La fuerza de las empresas que han fabricado las vacunas es muy grande y sus intereses y ramificaciones también, pero la sociedad debe de saber toda la verdad, de lo contrario nuestro futuro como sociedad puede ser distópico.