PAREN LA GUERRA

Hay que parar la guerra, hay que parar la atrocidad, que están viviendo millones seres humanos indefensos, sin culpa de nada.

Los países de occidente, deben de mostrar tener valores humanos superiores y negociar hasta la extenuación.

Ya sabemos que se ha producido, una invasión incalificable e inhumana, pero todos tenemos en mayor o menor grado algo de culpa, no se trata de equiparar al invasor con los invadidos, en absoluto, se trata de parar esta atrocidad.

Es obvio que Rusia, saldrá de está guerra marcada por tener un presidente sin entrañas, ni corazón, pero los países europeos, tampoco podremos evitar el tener que hacer un examen de conciencia profundo como sociedad.

Está guerra, es fruto de la ambición el poder y la mentira de esta sociedad sin valores, repitiendo una y otra vez la historia del ser humano, que lejos de ser mejor no lo es.

Paren la guerra, por favor no utilicen, ni las muertes, ni el dolor para sacar provecho alguno, ni para hacer planteamientos económicos para que algunos se sigan enriqueciendo.

En esta hora, los creyentes con la oración debemos de persistir en pedir por la paz y por las personas heridas y desplazadas.

Hay que presionar para que la negociación entre los contendientes se acelere, no se puede perder ni un minuto en dialogar por un entendimiento que sea a futuro bálsamo de seguridad y de paz.

Ni un minuto más: ¡Paren la guerra!.

 

OCCIDENTE SIN CRITERIO MORAL

  • No acabo de entender, la sobreactuación de algunos líderes políticos de Europa en relación con la invasión de Ucrania por el ejercito ruso.
  • Me pregunto, con muchas dudas, si el envió de armas a la valerosa resistencia ucraniana, no sirve para justificar los errores del pasado en las relaciones con Rusia, por parte de casi todos los países de Europa y por supuesto Estados Unidos.
  • El envió de armas, no sirve nada más que para prolongar la agonía del pueblo ucraniano, ante un ejercito poderoso y en vez de enviar armamento que prolonga el dolor y la muerte se debiera de negociar día y noche con Rusia, porque en el futuro habrá tiempo de sobra para replantear la defensa europea y las relaciones con Rusia.
  • Parece, que desde el salón de la televisión nuestros políticos ven muy bien prolongar los bombardeos y las muertes de inocentes y destacan el heroísmo.
  • Los mismos, que crearon empresas mixtas con Rusia, los mismos, que no se preguntaban de donde venia el dinero de los oligarcas rusos y se les daba permisos de residencia, los mismos, que miraron hacia otro lado con el derribo del avión de Malasya, ahora nos dicen que Putin es un criminal y un asesino.
  • Es verdad, Putin es un sátrapa y un ser sin entrañas, con el que todos estos dirigentes, sin criterio ni valor, hacían negocios, le vendían aeronaves comerciales, firmaban contratos multi millonarios e incluso algunos iban de cacería.
  • Por lo tanto, la sobreactuación de los líderes europeos, obedece también a otras circunstancias que no acabo de entender, porque de lo contrario se negociaría directamente las veinticuatro horas del día con Putin.
  • Que credibilidad, que criterio moral, tiene ahora occidente si el Presidente Biden envía una delegación a Caracas a negociar con un sátrapa como Nicolás Maduro, la compra de petróleo.
  • ¿Es que Maduro con cientos de desparecidos, muertos y exiliados en Venezuela, es mejor que Putin?
  • Estamos dirigidos por un clase política sin moral ni ética alguna, salvo excepciones, así no podemos buscar la paz y el bien, es algo obvio, por mucho que se “rasguen” las vestiduras.
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“LO QUE NOS FALTABA SEÑOR BORRELL”

El Alto Representante de la UE en materia exterior, el señor Borrell, está últimamente “sembrado”, desafortunado y ridículo.

No se le ocurre otra cosa que cargar sobre los ciudadanos la responsabilidad en el consumo de gas procedente de Rusia, al decir que hay que bajar la temperatura de la calefacción para no financiar a Rusia.

Señor Borrell, ¿qué ha hecho usted en su cargo?

¿Quién ha firmado los contratos con Rusia?

¿Quién ha creado la dependencia con empresas mixtas?

Este señor, ha fracasado como representante exterior de la UE, porque debiera de haber evitado, mediante la negociación cualquier tentación de Putin, junto con el resto de líderes occidentales.

Por otro lado, ha dicho que poco menos hay que controlar las informaciones sobre la guerra, algo inconstitucional y que nos pone al mismo nivel de Rusia con sus censuras.

Ha dicho otro frase majestuosa: “lo que hemos hecho durante el coronavirus hay que hacerlo con Ucrania”.

Me pregunto, si serán los fracasados confinamientos, los engaños con las vacunas, el desprestigio de todo científico disidente, apañados estamos señor Borrell, es imposible más ridículo por su parte.

Señores políticos de Europa, asuman sus responsabilidades, no mientan, digan la verdad a su pueblo, defiendan la paz y tracen un plan a largo plazo para no depender de Rusia, y negocien las veinticuatro horas del día, porque la paz no tiene precio.  

 

 

¿QUIERE EUROPA VIVIR EN LA REALIDAD?

Quiere Europa, vivir en la realidad, o vivir sumergida en ideas utópicas.

La llamada senda de transición ecológica, debe de ser aplazada o ralentizada, porque los ciudadanos no aguantamos la carestía de la energía por más tiempo, por falta de revisión y caprichos ideológicos.

En modo alguno se trata de no velar por el medio ambiente, lo que se trata de acompasar las posibilidades reales de la población y de la industria a una realidad tan dura como la que vivimos después de la mala gestión de la pandemia y la guerra en Ucrania.

No podemos pagar los ciudadanos, los caprichos de las élites que quieren seguir especulando con ingeniería social.

Hay que dejar en suspenso temporal toda norma que sea un obstáculo, para el bienestar de las familias y de las empresas.

Es necesario volver a la realidad y dejarse de proyectos “descabellados” realizados al margen de los intereses de la mayoría de la población.

Los ciudadanos de una Europa libre, no podemos ser esclavos de agendas ideológicas, que no sabemos donde nos conducen y que lo único que hacen con su aplicación apresurada es aumentar la pobreza y la desigualdad.

Se trata de poder vivir con dignidad y no seguir perdiendo libertades y calidad de vida y que la riqueza mundial, se atesore sólo en unas pocas manos.

Es necesario proteger el medio ambiente, pero con normas que sean asimilables y compatibles con el desarrollo, algo que es perfectamente posible sin extremos de ningún tipo.

 

¿ESTÁ EL PRESIDENTE BIDEN EN CONDICIONES INTELECTUALES?

Es vergonzoso y además muy peligroso, que la mayoría de los medios de comunicación europeos, no se hagan las preguntas que se hace una gran parte de la opinión pública norteamericana y muchos medios del otro lado del Atlántico.

¿Está el Presidente Biden en condiciones cognitivas para ejercer su cargo?.

Parece que no, confunde Ucrania con otro país, cambia las frases de sentido y se pregunta como ocurrió en la campaña electoral pasada en que lugar se encuentra.

En una crisis mundial, como la actual, es obvio que se necesita al frente de la principal potencia una persona con la mente despierta y en sano juicio.

Algunos diputados y senadores republicanos, están pidiendo, desde hace meses un examen médico para conocer el estado real de inteligencia y compresión del Presidente Biden, pero lógicamente el entorno al Presidente lo está impidiendo, lo mismo que el propio partido demócrata.

¿Quién dirige Estados Unidos?. Hay quien dice que es el ex presidente Obama y sus asesores los que dirigen el país y toman las grandes decisiones, pero a ciencia cierta no se sabe.

Mientras, en Europa, no se habla de este grave problema, una debilidad que conocía Putin y que muy posiblemente ha intentado aprovechar con su terrible invasión.

Occidente, debe de recobrar la verdad y dejar de mentir en tantas cosas, para poder hacer frente a una amenaza tan cierta como la Putin.

Los medios occidentales, se han convertido casi todos, en medios publicitarios en vez de analizar la situación y denunciar los fallos.

Así nos va.        

EL GRAN EJEMPLO DE POLONIA

El ejemplo que está dado el pueblo de Polonia, con la acogida de más de un millón de desplazados de Ucrania, es todo un ejemplo para el mundo y para los burócratas de la Comisión Europea, que han perseguido con multas a ese gran país por no “tragar” con sus mandatos.

Anoche veía, nada menos que en la BBC como entrevistaban a una de las personas responsables de Cáritas de Polonia, explicando el gran operativo montado en la frontera de Ucrania con Polonia por la organización eclesial.

Pero el pueblo polaco, un pueblo de profundas raíces católicas, esta respondiendo de forma admirable en medio del silencio de Bruselas.

No dice nada la señora Úrsula Von der Leyen, que hace menos de un mes se dedicaba a amenazar al Gobierno de Polonia, su silencio clamoroso, demuestra la desvergüenza de una Comisión incapaz de gestionar nada y muy politizada por valores más que discutibles.

Los países limítrofes con la frontera Ucraniana, están demostrando, la solidaridad autentica y no el “postureo” de otros que con su inacción y sus intereses en Rusia, han propiciado que el sátrapa Putin, tuviera el atrevimiento de invadir un país soberano.

Lo sucedido, es una enmienda total a la política exterior de Europa y Estados Unidos con Rusia, por lo tanto que cada uno cargue con sus responsabilidades, aunque visto lo visto estos señores de la UE, están en otra cosa.

SIN VALORES NO HABRÁ EUROPA

No tengan la menor duda queridos lectores, que la guerra en Ucrania, después de la invasión rusa, será un magnifico pretexto en occidente para tomar medidas en materia económica y de libertades preocupantes. Es obvio que el principal culpable de la guerra, es Vladimir Putin, ello parece no tener discusión, sin embargo, la situación económica de Europa, su mala gestión de la pandemia del COVID-19, el fuerte endeudamiento, será tapado con la excusa de la guerra. Se intentará, que no existan voces altisonantes ante cualquier medida, y se tratará de controlar todo tipo de idea que no sea coincidente con la de unos líderes occidentales, por lo general, carentes de valores e ideas. Hay que parar a Putín, es fundamental, pero también hay que hacer análisis de la actuación de Europa en materia defensiva y energética, con errores tremendos, como echarse en manos, del gas y el petróleo, procedente de Rusia. Putin, es el mismo ahora, que antes cuando algunos dirigentes y lideres occidentales iban con él de cacería en Rusia y creaban empresas mixtas. Estamos viendo la continua improvisación de las políticas energéticas del UE, llenas de ideología y nada reales. Los ciudadanos no podemos pagar con la pobreza y no llegando a fin de mes los caprichos ideológicos de una clase política absurda y mal preparada, en manos de intereses que parecen desconocidos. La transición energética, no se puede hacer en un despacho, de la noche a la mañana, sin pensar en las personas y mucho menos con datos interesados por parte de grupos de presión económicos. Claro que Putin, es muy malo, pero la vieja Europa, debe de cambiar y pensar en el bien de la personas, en su libertad y en su futuro y no en proyectos de ingeniería social, elaborados posiblemente en tierras lejanas. Sin valores, no habrá Europa.

“MENTE SANA IN CORPORE SANO”

Parece que va acabar, espero para siempre, la “pantomima” de las mascarillas en la calle.

La utilización del sometimiento al ser humano sin evidencias científicas y muchas contrarias a través de las mascarillas, ha sido uno de los elementos más inútiles y vergonzosos de la civilización en los últimos años.

Es obvio, que la reinhalación del aire que respiramos conduce de forma indudable a una deficiencia de oxigeno, además de la saturación de dióxido de carbono.

El cerebro es muy sensible a la falta de oxigeno, ya que hay células nerviosas, que no pueden estar sin oxigeno más de tres minutos, porque no sobreviven.

Esta es una de las muchas causas, por las que la mascarilla en la vía pública es una solemne estupidez y algo que pueda ser defendido sin un contraste mínimamente serio. La falta de oxigeno es peligrosa para todos los cerebros, porque además inhibe el desarrollo del cerebro y el daño que causa no puede ser reparado.

La mascarilla en la calle, es una forma de sometimiento, un síntoma de una sociedad atolondrada y miedosa por culpa de unos gobernantes sin escrúpulo o sin un adecuado asesoramiento.

Tener en pánico y distraída a la sociedad, es un objetivo de gran parte de los dirigentes mundiales, porque así la sociedad será mucho más fácil de dominar y n o cuestionará nada.

Dejen de tener miedo, el miedo nos paraliza y nos hace daños física y psíquicamente.

“Mente sana in corpore sano”

SIN VALORES NO HAY SOLUCIÓN

Las relaciones internacionales, como las personales, debieran tener bases firmes de asentamiento y no intereses relativistas, que es lo que está sucediendo en la mayoría de los países, con consecuencias dramáticas.

No se puede justificar, que la administración norteamericana, envíe ahora una delegación a Venezuela para negociar muy posiblemente, la compra de petróleo.

Es decir, se combate a una sátrapa, como Vladimir Putin y se va a negociar con otro sátrapa como Maduro.

Que criterio y análisis hace occidente de las relaciones internacionales.

Mucho hablar de libertad, pero a la mínima se negocia con el mismísimo diablo por unos barriles de petróleo.

La desvergüenza es aún mayor porque Estados Unidos tiene la producción propia de crudo casi parada y grandes reservas y no necesita realmente el petróleo exterior.

El llamado mundo occidental, hace años, se ha abandonado a un capitalismo galopante, sin tener en cuenta criterios tales como los derechos humanos, la libertad, la paz y así han mantenido hasta hace días, relaciones muy fructíferas para Rusia, sin poner un solo pero a las políticas opresoras de Putin y su continua vulneración de los derechos humanos.

Las compra de gas ruso y la construcción de un gran gaseoducto por parte de Alemania, ha sido uno de los grandes errores de Angela Merkel y de occidente, como así se está viendo.

Otro tanto ocurre en las relaciones con China, donde se pisotea cualquier mínimo derecho de las personas y sin embargo, seguimos comprándoles de todo, hasta que un día suceda lo mismo que con Rusia.

El relativismo es un cáncer para el ser humano y también para las relaciones internacionales.

O ponemos por delante valores innegociables o no tenemos solución como sociedad libre.

LA EXISTENCIA DEL BIEN Y DEL MAL

Hay que tener cuidado, no dar el mismo significado a la palabra “loco” que perverso o malo, como ocurre con Vladimir Putin.

Puede que Putin, quiera hacerse pasar por “loco”, pero no lo es, está lleno de maldad y soberbia, pero es inteligente aunque muy perverso.

El que fuera Presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, por otros motivos, algunos le calificaban de “loco”, pero según recogió Henry Kissinger, el propio Nixon decía, que sus sus adversarios así le tomaban como impredecible, al actuar como un supuesto loco.

Debemos por lo tanto, huir del blanco y del negro, a la hora de juzgar, porque es casi seguro que nos equivocamos.

El comportamiento de las personas, está influenciado de forma decisiva por el bien y por el mal, es decir la existencia del demonio, a través del pecado, en modo alguno, nadie es totalmente bueno, aunque por supuesto hay grados, en la lucha entre el bien y el mal, contra más cerca de Dios estamos, también más cerca del bien absoluto y total, estaremos.

Decía el filosofo, pensador, sacerdote, de finales de del siglo diecinueve, Jaime Balmes, que el bien muchas veces, está mezclado con el mal.

Por lo tanto Vladimir Putin, con su forma de actuar, está alejado del bien, está en el mal y por lo tanto aunque pudiera tener en el fondo algún motivo bueno, el mal lo tapa, otra cosa es que este “loco”, que desde luego no lo está, aunque tenga un corazón de piedra apartado del bien, que le lleve actuar como actúa.

La complejidad de los comportamientos humanos es de tal calado, que desconocemos los procesos internos de la mente a la hora de actuar, sin embargo, una cuestión si es clara: el bien y el mal existen y por lo tanto mantenemos en nuestra vida una lucha permanente, algo que por cierto la sociedad actual parece no querer darse cuenta y actuar como si el mal no existiera.

Sigamos el bien, a través de las buenas obras, del perdón, de la caridad y por supuesto de la oración, para que nos de la gracia de estar más cerca del bien, así estaremos más cerca de Dios.