¿QUIERE EUROPA VIVIR EN LA REALIDAD?

Quiere Europa, vivir en la realidad, o vivir sumergida en ideas utópicas.

La llamada senda de transición ecológica, debe de ser aplazada o ralentizada, porque los ciudadanos no aguantamos la carestía de la energía por más tiempo, por falta de revisión y caprichos ideológicos.

En modo alguno se trata de no velar por el medio ambiente, lo que se trata de acompasar las posibilidades reales de la población y de la industria a una realidad tan dura como la que vivimos después de la mala gestión de la pandemia y la guerra en Ucrania.

No podemos pagar los ciudadanos, los caprichos de las élites que quieren seguir especulando con ingeniería social.

Hay que dejar en suspenso temporal toda norma que sea un obstáculo, para el bienestar de las familias y de las empresas.

Es necesario volver a la realidad y dejarse de proyectos “descabellados” realizados al margen de los intereses de la mayoría de la población.

Los ciudadanos de una Europa libre, no podemos ser esclavos de agendas ideológicas, que no sabemos donde nos conducen y que lo único que hacen con su aplicación apresurada es aumentar la pobreza y la desigualdad.

Se trata de poder vivir con dignidad y no seguir perdiendo libertades y calidad de vida y que la riqueza mundial, se atesore sólo en unas pocas manos.

Es necesario proteger el medio ambiente, pero con normas que sean asimilables y compatibles con el desarrollo, algo que es perfectamente posible sin extremos de ningún tipo.