Estamos viviendo en España, unos de los momentos más críticos desde el punto de vista social y económico de los últimos cuarenta años.
Desde el punto de vista social, se quiere “dinamitar” con leyes escandalosas la concordia, la unidad y el buen juicio, tratando de imponer un relato único sobre nuestra historia en un hecho de imponer un único mensaje absolutamente ilegal, pues “destroza” cualquier fundamento democrático, sobre la libertad de expresión en cualquiera de sus ámbitos.
Sólo, desde un sectarismo nunca visto en la reciente historia de España, se puede intentar establecer por ley, lo que tiene que decir la historia y lo que tenemos que pensar cada uno.
El tratar de remover viejos conflictos, sólo tiene un objetivo tapar la falta de argumentos para buscar la prosperidad y la unidad a través de la división .
Desde el punto de vista económico, vemos como también se trata de hacer creer un relato único, sin asumir los grandes errores en la gestión de nuestras finanzas públicas, manteniendo un gasto desbocado, que nos está llevando a una peligrosa situación, todo ello se combina, con un fuerte aumento de la presión fiscal, que hace que las clases medias y trabajadoras apenas puedan ahorrar y menos aún con la inflación existente que nos resta competitividad.
Romper la concordia, es una irresponsabilidad de tal calado que debiera, no sólo tener un justo castigo en las urnas, sino debiera de ser fruto de un proceso judicial, que deje claro que profundidad tienen en la coacción de las libertades, algunas de las leyes aprobadas últimamente.
La gente de bien, tiene que llamar a la sensatez y a la moderación, pero al mismo tiempo debemos de forma democrática, colaborar en la lucha por las libertades, que garantiza la Constitución , ahora gravemente amenazadas.