PRESTIGIOSOS INVESTIGADORES, SOLICITAN SUSPENDER LA DOSIS DE REFUERZO DE VACUNAS COVID

El digital EUSKALNEWS, se ha hecho eco de un articulo publicado en la prestigiosa revista médica VIROLOGY JOURNAL.

El prestigioso Dr. Marty Makary, profesor de la Universidad JOHNS HOPKINS y miembro de la Academia Nacional de Medicina, ha subrayado el contenido de una carta rubricada por el DR. Kenji Yamamoto, en la que solicita que se dejen de inocular dosis de refuerzos de la vacunas COVID, ante el descenso de la función inmune detectado tras ocho meses, en pacientes con dos dosis.

La carta en cuestión, hace referencia a la información dada por estudios publicado por la revista THE LANCET y ha señalado que la función inmune entre los individuos vacunados, tras la administración de dos dosis, fue menor que entre los no vacunados.

Por todo ello el DR. Kenji Yamamoto, propone en su articulo, que como medida de seguridad: “se debe de suspender las vacunas de refuerzo adicionales. Además se pide que se debiera registrar en la historia clínica de los pacientes la fecha de su vacunación.    

EL DESCRÉDITO DE LA UE

El descrédito de la Comisión Europea y del resto de las instituciones comunitarias, es un hecho. por mérito propios de los dirigentes de dichas instituciones.

La UE como recientemente señalábamos, está pasando de ser la solución, a ser un problema.

Se entromete continuamente en asuntos que no son de su incumbencia, siguiendo instrucciones de agendas globalistas y otros intereses y lo que es peor coartando libertades, algo absolutamente intolerable.

Se pudo comprobar cuando se estableció el bochornoso pasaporte COVID, que fue prolongado, casi de forma clandestina hasta el inicio del próximo verano, sin necesidad ni explicación alguna, en un intento de tener sometida a la población.

Ahora, cuando se acaba el “rollo” de los pasaportes de momento, salen con el ahorro energético, sobre todo de gas, casi amenazando de una grave crisis, que ellos mismo por su incompetencia o por otros intereses han creado.

Normas, no consultadas con los ciudadanos, ni con lo países, normas, impuestas con perdón por una supuesta élite de “vividores” de la política, con grandes salarios y privilegios.

Estos señores, no piden perdón por sus errores, ni dan explicaciones del porqué la UE se dedica a pagar armas para Ucrania, si no es su cometido, no dan explicaciones, no piden perdón y están arruinando a nuestra sociedad y pervirtiendo nuestras libertades.

Claro, que el proyecto europeo, era ilusionante, pero los proyectos para que se cumplan necesitan de personas con conocimientos y bien intencionadas en la defensa del bien común y de las libertades de sus representados y no estar sujetas a intereses lejanos, que nos están dividiendo y arruinando.

El proyecto europeo, tendrá continuidad, si significa progreso, libertad y coherencia, de lo contrario, se disolverá antes que tarde y sería muy triste, pero también muy lógico ante tanto desastre de gestión.  

LA CIÉNAGA

Los audios del ex comisario Villarejo, con diferentes personalidades de la vida pública española a derecha e izquierda, demuestran, que hay que “resetear” totalmente la vida política española, con cambios de personas y de estructuras políticas y también de limpieza “a fondo” de otras instituciones del Estado.

Las grabaciones por si mismas, a parte de cada hecho puntual, demuestran la ciénaga de la vida política española y de algunos personajes de otros poderes del Estado.

Una sociedad, mínimamente sana, que quiere el bien común, la división de poderes, la honradez y la decencia, no es compatible con algunas de las cosas que tenemos conocimiento a través de estas grabaciones.

Cuando se coquetea con el mal, como parece que ha sido habitual en la vida política, social, periodística y de grandes empresas, el resultado, siempre es la extensión del propio mal y la degradación de la propia sociedad.

Aunque es verdad, que las grabaciones siempre deben de ser valoradas, en torno al contexto en que se estaban produciendo y no entenderlas literalmente, es cierto que muchos de estos protagonistas, debieran de dar cuenta públicamente de sus conversaciones y la justicia en caso de haber supuesto delito, pedir también responsabilidades judiciales.

Algo parece claro, que la vida política española y todo su entorno cada vez se parece más a un casino de intereses inconfesables y de corrupción máxima, así es poco menos que imposible, que triunfe la democracia.

LA AMENAZA NO ES EL CLIMA, SINO LA POBREZA Y PERDIDA DE LIBERTADES

Basta de mentir, basta de engañar a incautos, basta de manipular datos y de meter miedo. El clima, sufre cambios desde que el mundo es mundo, por diferentes causas, algunas conocidas como la actividad del sol y otras desconocidas realmente, pero que no son precisamente la actividad humana, aunque pudiera tener una mínima influencia, en absoluto, para hablar de emergencia medio ambiental y otras frases como las dichas por el señor Sánchez, días pasados, tratando de culpar al cambio climático de la ola de incendios, cuando las propias administraciones reconocen que más de un noventa por ciento de los incendios forestales son provocados.

No se puede mentir y culpar al cambio climático de la perdida de vidas humanas, cuando las plantillas de guardas forestales en la mayoría de las Comunidades estan en mínimos, cuando no se realizan cortafuegos, cuando en invierno no se realiza ni limpieza de rastrojos, ni mantenimiento alguno en los montes.

Hay que desmontar tanta mentira interesada y que nos quiere llevar a la pobreza como sociedad a través de la Agenda 20-30, la agenda del disparate llena de aparentes buenas frases.

El 23 de junio de 1.935, la ciudad de Zaragoza fue noticia nada menos que en el New York Times, por haber registrado una máxima de 52,7 grados centígrados de temperatura, es decir 127 grados Fahrenheid, como recogía el rotativo norteamericano, la noticia dice también que los numerosos acuartelamientos existentes en la capital aragonesa, fueron evacuados fuera de la ciudad y numerosas personas tuvieron que ser atendidas por golpes de calor.

Señor Sánchez, antes de decir falsedades, antes de desinformar gratuitamente, debiera de informarse bien.

Para que se informe, le voy a facilitar unos datos, que seguro usted tiene, señor Presidente: Según recoge un magnifico y documentado trabajo, realizado por Fernando del Pino Calvo-Sotelo, recientemente, desde que tenemos satélites, midiendo la temperatura global del planeta, el mismo ha sufrido un ligero calentamiento de 0,14 grados centígrados por década y en los últimos 20 años apenas ha habido calentamiento, como muestran los datos de satélites de la agencia meteorológica norteamericana NOAA y el gráfico realizado al efecto por el experto Roy Spencer.

Por otro lado señor Sánchez: Se considera que existe una ola de calor cuando más del diez por ciento de las estaciones de meteorología registran temperaturas máximas por encima del percentil 95 de la serie histórica de temperaturas durante más de tres día seguidos.

Al efecto hay que decir, que según recoge el trabajo reciente de Fernando del Pino Calvo-Sotelo, desde el año 1975, se han producido en España, unas 70 olas de calor en verano.

En verdad, lo que está sucediendo es que la nueva religión del cambio climático, esconde en el fondo un intento de controlar al ser humano y buscar pretextos para reducir la población y tener a esta en un constante temor.

La apocalipsis que anuncian los patrocinadores del climático, siempre se pospone, pero ellos mientras viajan en Jets y hacen grandes negocios, pero ofrecen salvarnos si aceptamos empobrecernos a través del encarecimiento brutal de las fuentes de energía.

En realidad, debemos de pensar que la amenaza no es el clíma sino la pobreza y la perdida de libertades.    

PARECE IMPOSIBLE MENTIR MÁS

A algunos, se les llenaba a la boca a todas horas de hablar del “estado de bienestar”, pero parece que de momento han entrado en silencio y han cambiado el disco, me supongo, que siguiendo instrucciones superiores.

Ahora, nos hablan de cortes de gas, de escasez de combustibles, de crisis económica, todo por culpa de un hombre muy malo llamado Vladimir Putin.

Estos personajes de diferentes partidos europeos, son de “traca” y sus decisiones y estimaciones nunca aciertan.

Ya sabemos que Putin, es muy malo y nosotros todos muy buenos y nunca hacemos nada malo, es un infantilismo que si no fuera por la gravedad del asunto sería para tomárselo a risa.

Nos decían que en dos meses, Rusia, estaría en una situación de quiebra técnica y resulta que lo que se devalúa por debajo del dólar es el euro, mientras Rusia no da abasto a exportar y resulta que España es suministrada por Rusia como segundo proveedor.

¿No habíamos quedado, que Putin es muy malo?.

Tienen “mucha cara dura” estos dirigentes y están llevando a Europa a una situación límite que igual hace que todos ellos tengan que “coger la maleta”.

Siempre que fuera de manera ordenada y sin altercados, sería maravilloso, para los europeos en general, porque es imposible mentir tanto y tener tampoco respeto a los ciudadanos.

Definitivamente, necesitamos otra clase política totalmente distinta.

IN MEMORIAM DE ENRIQUE CAMPOS PEDRAJA

Ha fallecido Enrique Campos Pedraja, pionero en Cantabria en la asesoría de empresas y en la divulgación de temas concernientes a la vida económica y empresarial de nuestra tierra, a través del Centro Montañés de Investigación y Desarrollo Empresarial CEMIDE.

Por este importante foro, han pasado las más altas personalidades del mundo económico y empresarial de España .

Ya a finales de los años sesenta conseguía Don Enrique, traer a importantes especialistas en materia bursátil y económica, recordamos a D Blas Calzada, quién fuera síndico de la Bolsa de Madrid o al profesor Funes Robert, muy conocido por sus teorías sobre las diferentes medidas a aplicar en cada momento y muy seguido en aquellos años en la noche de la cadena Ser, el profesor Tamámes, que luego sería diputado o el profesor Juan Iranzo, por destacar algunos, al margen de importantes dirigentes políticos en materia económica del momento.

La calidez humana y la bonhomía de Don Enrique, hacían que de un golpe de teléfono consiguiera al invitado más interesante del momento.

  1. Enrique, fue un adelantado a su época y su esfuerzo y profesionalidad le ayudo a reunir en torno a su empresa un extraordinario elenco de profesionales de la economía y de la asesoría empresarial, sin duda, uno de los grandes gabinetes a nivel nacional.

Su legado permanece en manos familiares, que siguen la profesionalidad y el buen hacer que marco la trayectoria humana y profesional de D. Enrique Campos Pedraja. D.E.P

COVID-22: LA HISTERIA COLECTIVA NO ACABA

Magnifico artículo en el digital VOZPOPULI, firmado por Juan MANUEL BLANCO, lleno de sensatez y sentido común, sobre la histeria colectiva creada por la utilización del Covid

 

En septiembre de 1944, el pánico se adueñó de Mattoon, una pequeña localidad de Illinois. Aprovechando la oscuridad, un desconocido se acercaba a las ventanas y gaseaba con un agente tóxico el interior de las viviendas. Docenas de personas sufrieron irritación de piel, malestar, desmayos y parálisis, mientras el número de denuncias no dejaba de crecer. Al final se comprobó que no había rastro de gas tóxico; ni siquiera existía el “merodeador de la bombona”. Había sido un episodio de histeria colectiva. Presa del pánico, la gente había perdido el sentido de la realidad, exagerado el peligro y sentido que estaba enferma cuando no era así.

El episodio más reciente de histeria colectiva comenzó a raíz de la última pandemia. La Histeria Covid (2020-2022) respondió a un peligro real, un nuevo virus para el que no existía inmunidad. Era necesario tomar razonables medidas de protección, pero el riesgo se exageró hasta tal punto, que la sociedad perdió muy pronto el sentido de la medida. El SARS-CoV-2 era un virus peligroso, incluso a veces mortal… pero solo para determinados grupos vulnerables. Para otros, el riesgo era bastante moderado; incluso prácticamente nulo para niños y jóvenes sanos.

Sin embargo, la creencia de que todo el mundo corría un peligro extremo desembocó en una contagiosa explosión de pánico generalizado, que no remitió ni siquiera cuando la vacuna, y el avance de la inmunidad natural, redujeron el riesgo hasta niveles comparables a otras enfermedades cotidianas. La pandemia había finalizado pero la histeria persistía porque estos episodios no se alimentan del riesgo real… sino del riesgo imaginado.

Comprender la histeria colectiva

Las histerias colectivas se originan en el marco de una extrema sensación de peligro, que no se corresponde con la amenaza real. Los afectados acaban adoptando conductas extravagantes, alejadas de cualquier racionalidad. Transportados a un mundo paralelo, se vuelven impermeables a toda argumentación racional, perdiendo la capacidad de comprender lo que está ocurriendo hasta que el pánico se disipa. Muchos sufren malestar o síntomas de enfermedad sin estar realmente enfermos por el propio convencimiento de que van a padecer el mal (efecto nocebo).

En A Social-Psychological Theory of Collective Anxiety AttacksR. Bartholomew y J. Victor analizan el caso del merodeador del gas de Mattoon. Cierta noche, una vecina percibió en su dormitorio un aroma dulzón que creyó provenía del exterior. Tras inhalarlo, sintió cierta quemazón en labios y garganta junto con una sensación de parálisis en las piernas, que remitieron rápidamente. Este suceso habría quedado en una mera anécdota si el diario local no hubiera titulado en primera plana: “Un merodeador con gas anestésico anda suelto. Y se ha cobrado su primera víctima”. La prensa acababa de aportar el detonante: inventaba el aterrador personaje y advertía que los ataques no habían hecho más que comenzar. Era una profecía que se cumpliría a sí misma con la ayuda de autoridades y expertos.

El pánico alcanzó su punto culminante cuando grupos de ciudadanos armados comenzaron a patrullar las calles para atrapar al “merodeador”. Fue entonces cuando las autoridades tomaron conciencia del verdadero peligro

Ante la ausencia de toda prueba o indicio, los gobernantes, la policía y los expertos se mostraron al principio escépticos. Pero, ante la fuerte campaña de la prensa criticando su pasividad, pronto se ajustaron a la versión mediática: deseaban evitar ser culpados de las consecuencias. Así, el alcalde declaró que podría tratarse de gas mostaza mientras los expertos en guerra química se decantaban por la cloropicrina. Este respaldo al relato no hizo más que alimentar la histeria: las denuncias y avistamientos crecieron exponencialmente. El pánico alcanzó su punto culminante cuando grupos de ciudadanos armados comenzaron a patrullar las calles para atrapar al “merodeador”. Fue entonces cuando las autoridades tomaron conciencia del verdadero peligro y, en un gesto de valentía, decidieron regresar a la cordura.

El jefe de policía advirtió públicamente que se trataba de un fenómeno de histeria colectiva, quizá desencadenado por el olor a productos químicos de las industrias cercanas. Un prominente psiquiatra de Chicago comparó la conducta de los lugareños con otro episodio clásico de histeria colectiva: la caza de brujas de Salem (1692). La prensa comenzó a dar marcha atrás y, en unas semanas, acabó mofándose de los “histéricos”. Ante los mensajes que desmentían y ridiculizaban el relato, la marea fue remitiendo y las denuncias cesaron. Nadie volvió a sentirse gaseado.

La histeria colectiva es una forma extrema de pensamiento grupal (groupthink): bajo el influjo de una amenaza real o imaginada, cada individuo deja de evaluar críticamente la información y, disolviéndose en las emociones de la masa, adopta los criterios del grupo, por muy absurdos que estos sean. Los sujetos ajustan su opinión y su comportamiento para obtener la aceptación del colectivo. La histeria se refuerza considerablemente cuando las figuras de autoridad (gobernantes o expertos) respaldan la visión irracional, en lugar de llamar a la calma y la sensatez.

Muchos esperaban rebajar su miedo luciendo mascarilla, tan solo para descubrir que la espeluznante visión de un vecindario enmascarado transportaba directamente a una película de zombis

Aunque la humanidad afrontó varias pandemias en el siglo XX, ninguna desencadenó una histeria colectiva. Pero sí la de 2020. La insólita decisión de confinar a toda la población fue el elemento diferencial, el impulso que condujo a la mayoría a apartarse del pensamiento crítico: “si el gobierno ha tomado una medida tan extrema debe ser porque todos corremos un peligro inconmensurable”. Así, mucha gente comenzó a evaluar el riesgo de la enfermedad utilizando una dudosa regla de medir: la intensidad de las restricciones. Cuanto más draconianas, mayor peligro percibido. Por ello, la histeria no se desencadenó en países que optaron por aplicar medidas más laxas y voluntarias, como Suecia: la gente percibió allí un riesgo mucho más moderado y realista, siendo la misma enfermedad.

Una vez desatado el pánico, la actuación de la televisión, buscando audiencia, y la intervención de ciertos expertos, persiguiendo protagonismo, imprimieron a la histeria una buena velocidad de crucero. La sociedad entró en un infernal círculo vicioso: cada intento por reducir el miedo no haría más que reforzarlo. La masa exigía restricciones más radicales, creyendo que aplacarían su angustia pero, a la larga, las omnipresentes prohibiciones solo acrecentaban el temor al evocar en cada momento el relato de apocalipsis. Así, muchos esperaban rebajar su miedo luciendo mascarilla, tan solo para descubrir que la espeluznante visión de un vecindario enmascarado transportaba directamente a una película de zombis.

Surgió la clásica figura del enfermo imaginario, individuo con excelente salud a quien todo el mundo desea una pronta recuperación… por ser positivo en un test extremadamente adictivo. La sociedad se olvidó súbitamente de la inmunidad natural, conocida desde tiempos inmemoriales. Haber pasado la enfermedad, incluso muy leve, ya no rebajaba la ansiedad porque la histeria impedía aceptar que el organismo desarrolla inmunidad. Muchos eran incapaces de concebir que, siendo el virus la encarnación del mal, su contacto pudiera traer alguna consecuencia positiva, aunque fuera a posteriori. Todavía hoy persiste una espantosa obsesión por eludir a toda costa a un virus que, a estas alturas, resulta bastante leve y, a la larga, absolutamente inevitable.

Ni siquiera la vacuna logró rebajar el miedo. Tras inocularse, los histéricos no sentían el lógico alivio de encontrarse fuera de peligro. Todo lo contrario, su terror alcanzaba cotas apocalípticas al enterarse de que una minoría no se había vacunado. En el imaginario colectivo, los no vacunados comenzaron a representar el papel del odiado merodeador del gas de Mattoon, ese etéreo personaje en el que la turba proyecta sus frustraciones, sentimientos de culpa, angustia y desconcierto.

La histeria persiste en ese desmedido pánico al contagio (con muchas familias encerrando a algún miembro en una habitación), en unos síntomas post-Covid generalmente producto de la sugestión

La histeria Covid trajo consigo la prolongación de unas restricciones desproporcionadas, que causaron daños psicológicos, sanitarios, sociales y políticos muy superiores a los de la enfermedad. Y llevó a la sociedad a sacrificar a los niños, que no corrían ningún riesgo, tan solo para aplacar el pánico de los mayores.

A dos años del inicio, aún no se ha recuperado la racionalidad. La histeria persiste en ese desmedido pánico al contagio (con muchas familias encerrando a algún miembro en una habitación), en unos síntomas post-Covid generalmente producto de la sugestión y en el extendido estrés postraumático por el que son atendidas muchas personas, simplemente por haber dado positivo en un test.

No es fácil nadar a contracorriente de una histeria colectiva. Pero, en una sociedad que valora la libertad, es deber de todo ciudadano mantenerse crítico, no abrazar de manera irreflexiva cualquier criterio, simplemente porque lo mantengan los demás… o lo diga la televisión.

 

MAGNIFICA NOTICIA PARA LAS COMUNICACIONES AÉREAS CON MADRID

Parece ser, que a falta de algunos detalles por cerrar, la compañía Iberia, dará un paso muy importante en la próxima programación de invierno en la ruta Santander-Madrid.

Se recupera la pernocta del último vuelo de la noche procedente de Madrid y se adelanta a la 6,30 de la mañana su salida de Santander, lo que realmente permitiría estar muy pronto en la capital de España, algo que se venia solicitando de manera continua por el Gobierno de Cantabria, por el mundo empresarial y por la Asociación de Amigos del Aeropuerto.

También, a falta de confirmación oficial, el resto de los vuelos con Madrid, contarían con horarios mucho mejores que los actuales, dando muchas más posibilidades de enlaces con otros destinos.

Si finalmente como parece, se confirma está noticia, habrá que felicitar a la Consejería de Innovación, Industria ,Turismo y Transporte de Cantabria y la compañía Iberia por atender una demanda fundamental para las comunicaciones de nuestra Región.

 

LIBERTADES AMENAZADAS

Estamos viviendo en España, unos de los momentos más críticos desde el punto de vista social y económico de los últimos cuarenta años.

Desde el punto de vista social, se quiere “dinamitar” con leyes escandalosas la concordia, la unidad y el buen juicio, tratando de imponer un relato único sobre nuestra historia en un hecho de imponer un único mensaje absolutamente ilegal, pues “destroza” cualquier fundamento democrático, sobre la libertad de expresión en cualquiera de sus ámbitos.

Sólo, desde un sectarismo nunca visto en la reciente historia de España, se puede intentar establecer por ley, lo que tiene que decir la historia y lo que tenemos que pensar cada uno.

El tratar de remover viejos conflictos, sólo tiene un objetivo tapar la falta de argumentos para buscar la prosperidad y la unidad a través de la división .

Desde el punto de vista económico, vemos como también se trata de hacer creer un relato único, sin asumir los grandes errores en la gestión de nuestras finanzas públicas, manteniendo un gasto desbocado, que nos está llevando a una peligrosa situación, todo ello se combina, con un fuerte aumento de la presión fiscal, que hace que las clases medias y trabajadoras apenas puedan ahorrar y menos aún con la inflación existente que nos resta competitividad.

Romper la concordia, es una irresponsabilidad de tal calado que debiera, no sólo tener un justo castigo en las urnas, sino debiera de ser fruto de un proceso judicial, que deje claro que profundidad tienen en la coacción de las libertades, algunas de las leyes aprobadas últimamente.

La gente de bien, tiene que llamar a la sensatez y a la moderación, pero al mismo tiempo debemos de forma democrática, colaborar en la lucha por las libertades, que garantiza la Constitución , ahora gravemente amenazadas.                

LOS NUEVOS DIOSES

El borrar a Dios como referencia y ser supremo de la creación, y el intento ya no disimulado, de sustituirlo por “nuevas modas”, como el llamado cambio climático y por las propuestas globalistas, que quieren sustituir al ser humano en su derecho a pensar y ser, para encorsetarlo en una serie de teorías que acaban con toda su dignidad, es un hecho.

La ONU, la OMS y otras organizaciones quieren imponer los nuevos credos, tales como el aborto el proyecto LGTBI, el llamado cambio climático del que se quiere responsabilizar exclusivamente al ser humano y no reconocer que es consecuencia de la propia evolución desde el inicio de los tiempos.

Se trata de desilusionar al ser humano, dejarle sin libertad y convertirle en un ser pasivo en manos de unos pocos que intentan dirigir nuestro destinos, así ellos se convierten en una especie de “nuevos dioses” que todo lo controlan.

Estamos ante el mayor ataque a la libertad del ser humano y a la propia humanidad en su conjunto.

Es un intento de expropiar la forma de ser y pensar, la forma de desarrollar nuestra convivencia, superando incluso a la propia familia.

Es en definitiva algo criminal, muy envuelto en apariencia de felicidad, pero que a poco que se analice, es algo muy peligroso, para el propio futuro de la humanidad.

La perdida de valores muy bien patrocinada desde los poderes, dejan desarmada a la sociedad como tal, borrándose incluso la existencia del bien y del mal, imponiéndose una narrativa única de la que se dirá que todo es, por el bien común.

La impostura y la mentira, se extiende por el mundo como una enfermedad muy peligrosa. Sólo, desde la recuperación de valores, desde la confianza en Dios, podremos evitar el desastre que se pretende.

Recobremos el Espíritu del bien y el valor para defenderlo.