El culto a la personalidad de nuestro políticos y la falta de escrúpulos de una gran parte de ellos a nivel mundial, muestra la decadencia de la sociedad que vivimos.
Recogen los medios norteamericanos, que el Presidente Joe Biden, se ha trasladado a las Islas Vírgenes a pasar estos días de Navidad y fin de año, mientras los ciudadanos norteamericanos, ven como sus bolsillos se quedan “secos” debido a la inflación, y como ante una crisis de inmigración nunca conocida, el Presidente se dedica a disfrutar de su cargo, con una guerra de por medio, muriendo seres inocentes.
En España, tenemos lo mismo, el señor Sánchez, parece disfrutará de dos palacios estas Navidades, el de las Marismillas y el de Quintos de Mora.
El la edad media teníamos a los señores feudales, ahora tenemos a los políticos feudales, que tienen una “cara más dura” que el cemento armado.
No se discute el que tenga derecho al descanso, sino los gastos, la forma y el modo que lo hacen, en una sociedad que sufre guerras, persecuciones, falta de libertad e injusticias, altos precios.
No me extraña que todos estos personajes, en compañía de los del Foro de Dávos, quieran controlar todo, quitarnos la libertad y dejarnos como meros instrumento de sus intereses.
Que personajes de este tipo y hay muchos más; exijan a los pueblos apretarse el cinturón, sacrificios económicos y privación de libertades es como para salir a la calle y pedir grandes reformas, autentica libertad y un control exhaustivo de estas élites políticas y económicas que quieren controlar nuestras vidas, mientras ellos se “dan la gran vida” a nuestra costa.