Después de los ocurrido en la Consejería de Obras Públicas en Cantabria, llega el victimismo, por parte del Gobierno, según se desprende de las declaraciones del propio Presidente en El Diario Montañés.
Debemos de separar totalmente el aspecto judicial, no entrometernos y por supuesto respetar la presunción de inocencia, un derecho en cualquier democracia que se precie; de las responsabilidades de tipo político que nadie quiere asumir.
Es más se produce un victimismo, cuando las victimas son los habitantes de esta tierra y no sus políticos.
Los políticos debiera tener el cuidado de respetar el intelecto de las personas y pensar que no son nada más que meros administradores de la cosa pública, por lo tanto, deben de ser siempre fieles a la verdad y no poner “trapos calientes” a cuestiones que parecen obvias para la sociedad.
En general, lo hemos visto en otros partidos a nivel nacional, la falta de autocritica, el cerrar filas a pesar de todo, es algo común, lo que convierte a los partidos políticos en un fin en si mismo y no en un instrumento de participación.
En vez de las ideas, se habla de siglas, de algo vacío que no representa nada más que a las cúpulas dirigentes y sus intereses.
La apertura de las listas electorales, la responsabilidad directa de los candidatos acabaría en parte con este tipo de democracia que parece agonizar.