Mañana lunes, y por voluntad de la familia, antes de que el Gobierno se adelantará, serán exhumados los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera de la Basílica del Valle de los Caídos.
En este país nuestro, donde se fomenta la ignorancia, habría que recordar a una gran parte de la población, que José Antonio Primo de Rivera, fue fusilado en la cárcel de Alicante, donde fue trasladado desde Madrid, antes del inicio de la guerra civil.
Es decir, José Antonio Primero de Rivera, no participó en la contienda, su detención, se produjo por haberse encontrado armas en su casa durante un registro, lo que en aquellos momentos sucedía en muchos hogares.
Una parte del Tribunal, pidió que no fuera fusilado, pero el Gobierno de la República no accedió a conmutarle la pena.
Este Gobierno, que dice de si mismo que es moderno; es lo más antiguo y arcaico de toda Europa, y por seguir un minuto más en el poder, es capaz de mover los restos de cualquier persona, con tal de aparentar una “revancha” absurda, cuando lo que debiera propagar es el perdón, la unidad y la tolerancia.
Al mismo tiempo que todo esto ocurre, se deforma la realidad y se trata de imponer una historia concreta llena de falsedades sin dejar, que sean los historiadores, los que recojan y busquen acercarse a la verdad, sin ningún prejuicio previo.
Mientras ello ocurre, leemos hoy, como en Venezuela se producen torturas, desapariciones, supuestos suicidios por parte del régimen comunista.
Por supuesto, el Gobierno de España, no dice ni palabra y allí viaja casi cada mes, el señor Rodríguez Zapatero, sin caérsele la cara de vergüenza.
Me pregunto, si no habría que pedir una investigación profunda, del patrimonio y riquezas de algunos personajes que han “pululado” por la vida política española, cuyo nombres están en la mente de todos; para resetear esta democracia, ello es necesario.