Vivimos en una sociedad histérica, llena de comportamiento injustificables por exagerados y generalmente generados por decisiones del poder.
La famosa DANA que a bombo y platillo se ha anunciado por los medios de comunicación, casi como si fuera el diluvio universal y llegando a pedir en algunas ciudades entre ellas Madrid, que los ciudadanos se quedaran en casa, es algo que se debiera de analizar de forma y manera sensata, algo casi imposible en la sociedad actual.
Mientras, se cancelaban vuelos, quien escribe este articulo, podía comprobar como en Barajas aterrizaban y despegaban aviones, eso si menos, seguramente por haberse cancelado muchos vuelos ante unas previsiones muy exageradas.
Se han producido en algunas zona balsas de agua, pero no en todas la zonas de España ni siquiera de la Comunidad de Madrid, donde se ha llegado a suspender un partido de futbol.
Los servicios meteorológicos, están para avisar de este tipo y otras circunstancias meteorológicas, pero sin duda sus magníficos profesionales, están sometidos a la presión de una clase política incapaz de evaluar nada, y presa de unos medios de comunicación que los últimos años utilizan el clima, el comportamiento de la atmosfera con sensacionalismo, empiezo a creer, que de forma irresponsable por exceso.
Ahora a nivel mundial, se han empezado a “bautizar” a fenómenos meteorológicos, que siempre desde que el mundo es mundo han existido.
Nombres como DANA, Ciclo génesis Explosiva y otros se lanzan en grandes titulares para alarmar al personal,
Que este Domingo sonaran las alarmas de los teléfonos de los ciudadanos de Madrid, es una sobreactuación, fruto de la incapacidad de evaluar la realidad.
La seguridad la queremos todos, pero el ser humano, desde que el mundo es mundo se ha tenido que enfrentar a lluvias torrenciales, seísmos, tormentas de agua y de nieve, días de mucho calor y de muchos frio; en fin, que la naturaleza es incontrolable y compañera del ser humanos para bien y para mal.
Está bien el avisar, por supuesto el prevenir, pero no el tratar de hacer a la sociedad aún más débil de lo que realmente es, que ya lo es bastante.
Recientemente en una tv de Alemania, se dio cuenta como se informaba de una ola de calor hace dos décadas y como se hace en la actualidad, incluso con temperaturas menores y se podía comprobar el gran sensacionalismo actual, con los colores y los comentarios del presentador.
Así estamos en esta sociedad, “liquida” o “gaseosa” o quizá “tonta” que nos quieren crear con fines nada claros.