El Presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, está acostumbrado a caminar sobre el alambre, con leyes muy discutibles en su legalidad.
Lo que parece trata de hacer, con el intento de “blanquear” a un prófugo de la justicia como Puigdemont y hacer “tabla rasa” con su delitos, es un riesgo muy grave para su propia persona, porque pudiera verse ante el Tribunal Supremo.
Ya sabemos, por sus hechos, que el señor Sánchez no cree en la separación de poderes, pero este, todavía existe en España, y puede llevarse un serio disgusto si se “pasa de frenada con alguna ley.
Sin duda, ell ser Presidente del Gobierno, lo que revela algo en sio lo contrario que ha ocurrido en España en la ç señor Sánchez ha apostado por la fragmentación de la sociedad, con el riesgo que ello tiene, lo que demuestra su gran irresponsabilidad y su catadura moral.
Cualquier gobernante sensato, intenta no tomar decisiones que dividan a la sociedad, tratando de razonar sus leyes y decretos, todo lo contrario, que ha ocurrido en España en la última legislatura.
Sánchez, ha hecho una cuestión personal ser Presidente del Gobierno, lo que revela algo en si mismo muy preocupante en su pensamiento, es más, este tipo de personas no suelen acabar muy bien, en sus relaciones sociales y personales.
La palabra dada, tiene un valor en si mismo y negar las evidencias, acaba pasando factura, al tiempo.