¿Por qué parece, que cada vez la sociedad es peor?.
No es fácil dar una causa única, no sería además cierto, pero en el fondo de toda este proceso, está el abandono a Dios, querer vivir como si cada ser humano fuera su propio Dios.
El abandonar a Dios, el no tener temor de Dios, lleva a muchos seres humanos, a ser su propia auto referencia y a copiar y adoptar otras referencia humanas lejanas, a cualquier valor moral, ético y de transcendencia.
Todo ello, lleva por ejemplo, a negar la existencia del mal y del bien, la existencia de la verdad y la mentira, lo que pone al ser humano en unos meandros muy complicados, y llevándole a vivir cada momento, como si fuera el último y sin esperanza de una vida mejor en la eternidad, ni siquiera tampoco, en el futuro inmediato de cada día.
Todo este proceso, muy complicado, tiene repercusiones de todo tipo en las personas: depresiones, suicidios, mentiras y violencia sin sentido, abandonándose otro principio básico, como es el de la justicia, porque la misma ya no tiene valor, y se convierte en un elemento de utilización para “blanquear” decisiones, lejos de todo moral y ética.
Un ejemplo patente de ello, lo podemos observar el considerar el aborto como un derecho, cuando realmente es un elemento contrario, a lo que se observa en cualquier legislación sana, como es el derecho a vivir, el derecho a la vida.
En el fondo de este ejemplo, nace una manipulación interesada de una parte de la sociedad, que ha perdido en parte o en todo, el sentido del bien y del mal, y hasta que punto sus decisiones deben pensar en las consecuencias para otras .
El abandono de toda espiritualidad, que también amenaza no sólo a las sociedades, sino también a los diferentes credos religiosos, es otra señal de suma gravedad de la enfermedad social, máxime cuando el hombre y la mujer son seres religiosos por naturaleza, pero lo alquimia actual sustituye al autentico Dios, por dioses falsos: la moda, el poder a cualquier precio, el exhibicionismo, el sexo desenfrenad, las drogas…
Son aditivos que actúan como de calmante, para que el hombre y la mujer de hoy, pierdan toda esperanza de una vida eterna, y de un mundo mejor, de otra forma de ser, sentir y amar.
El proceso acaba, en la autodestrucción del ser humano; camino de ello vamos, pero sabemos por la fe, que el bien vencerá al mal. No tengáis miedo.