Uno de los grandes problemas, que tienen, lo que conocemos hasta ahora, como sociedades libres, es precisamente la propia libertad.
Una gran parte de los medios de comunicación, sobre todo los más importantes, se están convirtiendo de alguna forma en auténticos arietes contra la libertad de expresión, a través del control de la opinión pública.
Si tenemos en cuenta, que los grandes fondos de inversión, como es el caso de Black Rock, tienen inversiones aunque no mayoritarias, en diferentes medios de comunicación de todo el mundo, se pueden hacer una idea de la capacidad de influencia que tienen estos medios, a los hora de dirigir a las diferentes sociedades en la dirección, que a estos grupos les interese.
Por poner un ejemplo, el famoso fondo Black Rock, tiene participaciones accionariales importantes en diferentes medios norteamericanos y también españoles, como también el fondo Vanguard, participa en algunos medios.
En Estados Unidos, participa en CBS, FOX, DISNEY y en España tiene mayores o menores participaciones en ATRESMEDIA, MEDIASET .
También tiene importantes participaciones en empresas farmacéuticas, lo que puede dar lugar a sospechas sobre el propio comportamiento de los medios, ante el supuesto abuso de las mismas o el conocimiento real de asuntos fundamentales para la opinión pública; lo que acabamos de ver con la crisis del COVID.
Los ciudadanos, en realidad estamos sometidos a poderes tan grandes, que sobrepasan a los de las propias naciones.
La pregunta concreta sería: ¿Quién controla a estos grandes fondos?, no sólo en su poder a través de participaciones cruzadas en casi todos los sectores, sino la propia situación económica que gozan, la propia realidad financiera en cada momento, porque dado su globalización se antoja difícil saber a ciencia cierta cuestiones que puedan tener relevancia vital.
En realidad, el poder silencioso de los grandes fondos, necesitaría contrapoderes de control.
Si no entendemos lo que está pasando, con nuestras libertades y derechos; antes que tarde estas libertades, habrán sido sepultadas al capricho de unos pocos, pero muy poderosos.
Sólo desde la desconfianza, podemos estar preparados para luchar por la defensa nuestras libertades y derechos fundamentales.