Los partidos políticos en España, casi todos, tienen cada vez más “tics” totalitarios.
Lo estamos comprobando con el Presidente de Castilla La Mancha, señor Page que por discrepar, poco menos que le están enseñando la puerta de salida del PSOE.
Es una tendencia, con muchos parecidos al funcionamiento de la sectas: nadie puede salirse de los dictados del jefe o de unos pocos que mandan.
Lo que piense la sociedad no es importante, lo importante, son los intereses propios de cada formación política.
El debate de ideas, el discrepar, es prácticamente imposible, a riesgo de ser expulsado o señalado como desleal.
No hay debate de ideas, unos pocos de la organización política en cuestión, piensan por los demás y el resto de los que quieran ser militantes obedecen, como si fueran soldados de un ejercito.
Casi todos los partidos, unos más y otros menos, se comportan igual, por lo tanto, la democracia brilla por su ausencia y la siglas se convierten en un fin en si mismo, no en un medio para servir a la sociedad.
A todo ello hay que añadirle, las interferencias de grupos de presión nacionales e internacionales para que tomen los representantes políticos decisiones que favorezcan sus intereses, como estamos viendo con globalismo y políticas medioambientales suicidas por generar pobreza y “destrozar” sectores completos.
Por lo tanto, nuestro sistema democrático, tiene de base defectos que provocan que todo funcione peor, y que los intereses de la población queden en segundo termino.