Dais pasados, tuve la oportunidad de ver un magnifico reportaje en una televisión libre, por supuesto, no de la grandes cadenas sobre la enfermedad de la esclerosis lateral amiótrofica, conocida como ELA, una enfermedad que afecta al sistema nervioso y a las neuronas del cerebro.
Esta enfermedad paralizante que de afecta a unos cuatro mil personas en España, tiene no sólo una repercusión sobre la persona afectada, sino sobre sus familias, que tienen que dedicar durante las veinticuatro horas toda su atención, lo que hace que tenga repercusiones económicas y de salud sobre las propias personas familiares que atienden, por cierto, con tanto cariño.
Se calcula que el coste de atención de una persona con ELA, es de unos 35.000 euros, cantidad que en muchos casos, la mayoría, es inaccesible, a pesar de de diferentes ayudas.
En el baúl de los recuerdos del Congreso de los Diputados, ha quedado una proposición de ley que presento Ciudadanos y que no fue aprobada por desidia o voluntad del Gobierno.
El coste para atender debidamente las veinticuatro horas a todos los enfermos de ELA, sería de unos 140 millones de euros, una cantidad totalmente asumible en un país en el que se dilapida el dinero público de manera vergonzosa.
Unos de los ejemplos más lamentables y vergonzosos, es el de utilización por parte del Presidente de los aviones de Estado: el Falcón, el Airbus 310 y el helicóptero Súper Puma.
El Falcón se utiliza, en viajes que realmente no son oficiales, pero que se camuflan como oficiales, por ejemplo: el Presidente asiste a un mitin de su partido y para justificar su viaje en avión a costa de todos los españoles, sitúa en su agenda una visita a una fabrica o a una organización, aunque sea de media hora y así se viste de legalidad, lo que realmente es un uso de los bienes de todos, en beneficio propio.
Esta práctica es habitual y es una muestra como el poder en España, no tiene freno a la hora de hacer lo que le plazca con los recursos de todos.
Mientras, no hay dinero para el ELA, no hay dinero para que estas familias puedan atender a sus seres queridos de la mejor manera posible; pero hay dinero para la residencia de verano del Presidente, como para La Mareta, Quintos de Mora y Las Marismillas.
Es un muestra clara de la decadencia moral de este país, en medio de la indiferencia de una sociedad “anestesiada” y sin valores.