Los hombres y mujeres de nuestra tierra tomaron las calles de Santander, con sus tractores y maquinaria agrícola, en medio del aplauso de las personas que estaban en las calles y que se solidarizaron de manera general, con estas personas de un sufrido sector que representan por su vocación y abnegación, lo mejor de esta sociedad actual.
La sociedad en su conjunto, la inmensa mayoría, se está dando cuenta, que sin agricultura y ganadería no hay alimentación, no hay pueblos, no hay campos; en definitiva no hay vida.
Por otro lado, la dependencia alimentaria de otros países, supone un riesgo inasumible y unos costos a medio plazo insoportables, además de un empobrecimiento de millones agricultores y ganaderos de toda Europa.
Se están empezando a sentir y visualizar las consecuencias de decisiones absurdas e irresponsables tomadas por personas sin conocimiento del sector y por otras sumisas a grandes poderes transnacionales como el Foro Económico Mundial y los dictados de la famosa Agenda 20-30, También conocida últimamente como “desastre” 20-30, una Agenda engañosa en sus preceptos y disparatada en sus intenciones.
Los políticos de Cantabria, de diferentes partidos, han querido apoyar, me supongo, con su presencia en la calles de Santander, nada que objetar por supuesto, y el máximo respeto a su presencia, sin embargo, espero que algunos de ellos se hayan quitado de su solapa el pin de la Agenda 20-30 y que a partir de ahora se salten las políticas climáticas absurdas que pretende Bruselas, de lo contrario su ya cuestionada credibilidad, quedará en la nada.
Realmente la decisiones perversas de la UE, son fruto de intereses lejanos y de personajes como los que dirigen el globalismo y que influyen con mucho dinero en muchas fuerzas políticas en Europa y también la influencia de terceros países de África, a través de poderosos tentáculos de compra de voluntades como se ha visto en algún caso, para introducir sus productos sin problema alguno.
Por lo tanto: fuera la Agenda 20-30, la actual PAC y una legislación lógica y sencilla de aplicar para nuestro sector primario.
Nuestro agricultores y ganaderos. son los mejores conservacionistas, como lo han sido durante siglos.