“TODO LO QUE ES EXCESIVO ACABA SIENDO INSIGNIFICANTE”

“Todo lo que es excesivo termina siendo insignificante”, dijo el político francés del siglo diecinueve, Charles Maurice de Talleyrand. Realmente, es lo que ocurre en la vida política y mediática española, se vive en la exageración, en el insulto mal educado e inútil, se toman decisiones absurdas y sin sentido y se tiene en definitiva día tras día entretenido al personal, mientras que los grandes problemas o no se solucionan, o se solucionan mal.

Estamos tomados por estrategias, que sólo sirven para agarrarse al cargo, sin aportar un ápice a la convivencia ni al bien común, se beneficia a unos, mientras se señala a otros que piensan distinto por el mero hecho de pensar distinto.

La lucha por el poder, no tiene ya el sentido que debiera tener: servir a los ciudadanos sin exclusión y mirar por el bien común y la dignidad de la nación.

Se buscan los grandes titulares, se miente a derecha e izquierda y se hurtan los debates claves para mejorar nuestro futuro, por si fuera poco, se “retuercen” o se incumplen leyes y preceptos mientras el pueblo asiste impasible al “desarme” del estado de derecho y de la igualdad ante la ley.

Es necesario recobrar el respeto y sentido común y “resetear” está forma de gestionar nuestro destino, a través de una clase política distinta y responsable, que piense más en los ciudadanos y menos en el poder por el poder.

Alguien, debe de mandar parar, tanta falta de respeto al derecho de los ciudadanos a controlar su destino, lejos de intereses que anidan fuera de nuestras fronteras y que obedecen a estrategias que en nada miran nuestro bienestar, sino todo lo contrario.

Es urgente recobrar la decencia, el sentido común, de lo contrario la propia convivencia estará en peligro y entonces será muy tarde, un cambio de rumbo es urgente.