Le envidia, es un sentimiento o estado mental, en el cual existe dolor o desdicha, por no poseer uno mismo lo que tiene otro, sea bienes o cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles o intangibles.
España, como de la historia se desprende, es un país con demasiados envidiosos, obviamente no todas las personas son envidiosas, pero de verdad parece, que hay demasiadas.
La envidia, es un pecado capital del que se desprende transversalmente otros pecados también graves.
Les pongo un ejemplo claro de envidia. La victoria del Real Madrid en la Copa de Europa, consiguiendo la decimoquinta copa para sus vitrinas, ha sido motivo de elogio en los cincos continentes, menos por ejemplo en algunos medios escritos del País Vasco y Cataluña, no todos, pero si demasiados.
No han destacado en titulares la noticia, en el algunos casos, se ha publicado en algún rincón de las páginas interiores, con pocas líneas, no vaya a ser que los nacionalistas independentistas se enfaden.
Tengo claro que toda esta forma de actuar, es consecuencia de un “aldeanismo” absurdo que oculta cierta inferioridad por una parte de la sociedad, que se demuestra exagerando y buscando diferencias.
En definitiva, la envidia es un “carcoma” que corroe al que la tiene, extendiendo su frustración permanente a los demás. Una autentica desgracia.