La Primera Ministro de Italia, Georgia Meloni, está brillando con luz propia en reunión del G7 que se celebra en su país.
La defensa de la vida, impidiendo que se incluyera en el comunicado oficial la intención de presidente Macrón, que incluir el aborto como un derecho, a pesar de la presión no sólo del presidente francés sino del primer ministro de Canadá y de la posición de un presidente Baden, por cierto, fuera de la realidad, ha sido una demostración de fuerza y criterio firme.
Salvo el Primer Ministro de Japón y por supuesto la propia Meloni, la reunión del G7, ha sido una reunión de políticos amortizados, lo mismo que su propia gestión: Biden, fuera de la realidad y con pocas posibilidades de seguir en su cargo, Macrón derrotado rotundamente y con los índices de popularidad más bajos de un Presidente de la República, el Primer Ministro, de Canadá; Justin Trudeau, muy cuestionado, Úrsula Von Layen, con muchas criticas internas y con su cargo en el alero, el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel de salida, en definitiva un G7 caducado y derrotado.
Ante todo ello, ha emergido como una gran esperanza, una política apoyada por la mayoría de su pueblo, con las ideas claras y fiel defensora de la vida.
Se abre una esperanza en Europa de cambió, a pesar de los intentos de la vieja y caduca política de seguir empobreciéndonos y seguir mandando, pero en Europa, comienzan a moverse muchas cosas, entre ellas: el propio debate en el Partido Popular Europeo, que parece empezar a reaccionar ante lo que piden sus votantes.
En España, por cierto, cien asociaciones, han solicitado al PP, que revise sus pactos en Europa, con lo socialistas y verdes.
La presión del pueblo, es fundamental para defender la vida, los derechos y las libertades.
Algo se está moviendo, por eso hay tanta preocupación en los responsables de habernos llevado a esta situación, con sus políticas absurdas y lamentables.