La experiencia de los seres humanos, siempre han estado a lo largo de la historia llenos de problemas, incomprensiones, injusticias, guerras, persecuciones; en definitiva, de un mal que parece generalizado.
Así el profeta Jeremías, recogía: “Se espera la paz y no hay bienestar, al tiempo de la cura sucede la turbación. Reconocemos, señor nuestra impiedad, la culpa de nuestros padres, porque pecamos contra ti”.
Vivimos tiempos en los que parece que el mal triunfa, que la sociedad se ha vuelto loca, que ha tirado al vertedero sus principios y ha dejado de ser para nuestros gobernantes un objetivo, el que los ciudadanos vivan mejor y en concordia.
Lo estamos viendo, un Presidente del Gobierno que calla ante lo que sucede en Venezuela, donde se ha dado un golpe de estado electoral, donde se persigue al que piensa distinto, donde se encarcela y se somete al sufrimiento por el mero hecho de estar en desacuerdo con un régimen de terror y miedo.
Sánchez calla, no tiene una palabra de compasión, que crueldad y que insensibilidad la de un Gobierno que calla y se pone de perfil, ante lo que ocurre en un pueblo hermano.
Los ciudadanos, no son conscientes de que clase de personas tenemos al frente de nuestras instituciones y aterra aún más que en realidad, sean una representación fiel de una sociedad anestesiada, sin valores, muerta en vida.
A este paso, tendremos que buscar en España, una María Corina Machado, para que una la sociedad, y se pueda poner en la calle, a unos gobernantes de un lado y otro, que sólo parecen pensar en sus privilegios y buen vivir.