El bloqueo de la oferta de compra de acciones por parte de la compañía húngara Magyar, para adquirir acciones de Talgo y reforzar así su capital y su proyecto tecnológico, ha sido impedido por el Gobierno de España, aduciendo motivos de seguridad.
Es una «tomadura de pelo», la decisión tomada, que acabará costando mucho dinero, no sólo a los pequeños accionistas sino al propio Estado, ya que Hungría pertenece a la UE y una decisión como la tomada va contra muchas de la normas de la UE y el movimiento de capitales.
Con esta decisión, el Gobierno de España, parece obedecer a los deseos de tratar de aislar al gobierno de Orbán, porque es contrario a la Agenda 20-30, sin importar los derechos de los propietarios de Talgo y el derecho de la propia UE.
Es en realidad, un acción más propia de un país «bananero», y propia de personas que les importa «un pimiento» el derecho y las leyes y más el obedecer a su «amos».
Soros, enemigo acérrimo de Orbán y Úrsula Von Der Leyen, seguro que estarán contentos, aunque el proceso acabará costando mucho dinero a las arcas del Estado.
La UE, sigue dando pasos en la dirección oportuna a su desaparición, en manos de élites e intereses inconfesables, ajenos a los verdaderas necesidades de los ciudadanos.
Todo un desastre en este caso, para la seguridad jurídica y el respeto a las normas y leyes.