Las libertades individuales, están sufriendo en los que conocemos como países libres hasta ahora, un ataque muy preocupante y a “cara descubierta”
En muy pocos días, tenemos claros ejemplos de ello. Hemos conocido en declaraciones de Mark Zukemberg, como ha confesado haber recibido presiones muy importantes durante la pandemia, para impedir informaciones criticas para el Gobierno Norteamericano, sobre lo ocurrido.
Hace pocos días hemos visto, como ha sido detenido el fundador de la red social Telegram en Francia y puesto en libertad con una fuerte fianza, acusándole de delitos cometidos en su red, pero que sepa ninguno por él mismo.
Cambiando de lugar, sabemos que el señor Sánchez y su Gobierno está empeñado en un control de lo que se dice en la redes con el pretexto de las “fake news”, lo que sólo es una disculpa para tratar de alguna manera presionar y coaccionar todo aquello que no interese al poder.
Vemos, como algunos políticos ya no son capaces de de aceptar escuchar aquello que no les gusta. Por ejemplo, tenemos al Presidente de Asturias, que dice que no asistirá a la Santa Misa en Covadonga el día de su Patrona, porque no les gusta lo que dice el señor Arzobispo de Oviedo.
Es decir, estos políticos se creen intocables y no son capaces de escuchar opiniones distintas aunque sean sensatas y por ello en realidad, se dedican a censurar todo aquello que no está acorde a su intereses, o a lo que es políticamente correcto.
Los políticos, no son nadie para censurar nada, para ello en caso que se vulnere la Ley por algún motivo, están los tribunales de Justicia y los ciudadanos no tenemos que estar sometidos a sus “caprichos”, al fin y a las postre, los políticos son nuestros empleados y no son nadie para coartar la libertad ajena.
La libertad sometida a una Ley bien hecha, es como el oxigeno par los seres humanos y los ciudadanos debemos de ser exigentes, en que se respeten nuestro derechos, que también son los derechos de todos.