LEGISLAR “DE TAPADILLO” EN BENEFICIO DE TERRORISTAS

Vivimos en España, un momento político de extrema gravedad, debido que estamos gobernados por un Gobierno, dispuesto a todo políticamente, para seguir en el poder, apoyándose en grupos radicales de izquierda y de una formación como Bildu, que cuenta con ex miembros de ETA y apoya muchos de los principios de la organización terrorista.

En realidad, es una “estafa” política más de Pedro Sánchez, que siempre se “hartó” de decir, que nunca pactaría con Bildu y ahora, es uno de los aliados tradicionales de su Gobierno.

El colmo de toda está desgracia para España, es la aprobación de “tapadillo” disfrazada de una enmienda que parecía inocente de la ley orgánica 7/2014, que a la postre permitirá salir de la cárcel rápidamente a 41 etarras, algunos de ellos, muy peligrosos y que no se han arrepentido de sus crímenes, siete de ellos de manera inmediata.

La oposición, no se ha enterado, hasta que el digital EL CONFIDENCIAL lo desveló, cometiendo un gravísimo error, que posiblemente se hubiera evitado si el PSOE hubiera quedado al descubierto  de la sucia maniobra, pero que ahora será casi imposible evitar; obviamente el PSOE queda fotografiado si no enmienda está situación, por su desprecio a la víctimas del terrorismo y su falta de respeto a victimas inocentes, todo por un puñado de votos.

Da asco esta actitud y da vergüenza la ineptitud política  del PP y de Vox por no haberse dado cuenta antes de la vergonzosa maniobra, aunque posiblemente, no la hubieran podido evitar.

El PP, por ser el grupo más numeroso de la Cámara tiene asesores y medios para haber detectado el intento de engaño a tiempo, por ello, debiera de empezarse a dar cuenta que no se debe de negociar nada con el actual Gobierno, hay que romper relaciones totales, antes de que sea demasiado tarde.

No estamos en un juego democrático normal, estamos ante un intento de usurpar el estado de derecho y beneficiar a grupos radicales e independentistas, en realidad, estamos ante una traición al sistema democrático y a la propia existencia de un estado de derecho normal.