El antisemitismo “cabalga” de nuevo de la mano de grupos radicales, que el fondo, niegan la propia existencia del pueblo judío, como hemos visto en diferentes ciudades de España de manera vergonzosa, por las proclamas lanzadas por parte de algunos de los manifestantes.
Los cristianos y los católicos en concreto debemos de posicionarnos claramente, en contra del antisemitismo.
Diferentes Papas han condenado el antisemitismo, San Juan Pablo II, dijo “que la Iglesia de Cristo descubre su “vínculo” con el judaísmo buscando su propio misterio. La religión judía no es “extrínseca” a nosotros, pero en cierto modo es “intrínseca” a nuestra religión. Por lo tanto, tenemos relaciones con ella que no tenemos con ninguna otra religión. Son nuestros hermanos predilectos, y en cierto modo- dijo San Juan Pablo II-, nuestros hermanos mayores”.
En realidad, como se vio durante la segunda guerra mundial, el antisemitismo es una manifestación de odio, totalmente incompatible con la fe cristiana.
Podemos recordar la historia como en Polonia, durante la segunda guerra mundial, judíos y católicos fueron víctimas de atrocidades en manos de los nazis, atrocidades por cierto que no debiéramos olvidar nunca.