EN ESPAÑA, NOS ESTAMOS ACOSTUMBRANDO A CASI TODO EN POLÍTICA

Los españoles, parece que nos estamos acostumbrando a casi todo, lo que puedan hacer o no hacer nuestro políticos.

Ello puede ser fruto de una escasa formación política, o lo que creo más verosímil, una falta de medios “potentes”, que cuenten de verdad lo que aquí ocurre, salvo excepciones, basta con ver algunos informativos de televisiones.

Por ello, en España parece que dormimos en una especie de sueño,  del que cuando nos despertemos, lamentaremos el tiempo perdido y las mentiras admitidas.

La declaración del comisionista, Víctor Aldama, en la Audiencia Nacional, hubiera supuesto en cualquier país de nuestro entorno, dimisiones en cadena, grandes titulares y una reacción social diferente.

En España, nada de ello sucederá, al menos de momento, porque los enemigos de España, el nacionalismo que apoya al Gobierno y los partidos extremistas, están felices en la actual situación, cuanto peor mejor y controlan los resortes del poder.

 Lo que lo declarado Víctor Aldama, aunque  sea cierto en un veinte por ciento, hubiera sido suficiente en cualquier país con una democracia sana,  para que a esta hora ya hubiera dimitido el Gobierno en pleno.

Aldama, no es un cualquiera, como el Gobierno ahora trata de presentar, es un señor condecorado por el propio Ministerio de Interior con una condecoración de la Guardia Civil, es un señor, que entraba en el Ministerio de Fomento según dicen las informaciones, como si fuera un alto cargo más, es un señor que se ha reunido varias veces al a parecer con la esposa  del Presidente del Gobierno, un señor cuyo relato tiene bastantes visos de ser cierto, al menos en parte, porque nadie se incrimina si no tiene informaciones que puedan avalarse.

En definitiva, estamos visto lo visto, y respetando la presunción de inocencia de todas las personas, ante un asunto que tiene muy mala pinta, para algunos miembros del Gobierno.

No basta desacreditar a Aldama, diciendo que no tiene credibilidad, cuando este señor ha estado presente en momentos  claves, como la llegada de la Vicepresidenta Delcy a Barajas.

Llamar mentiroso a Aldama, por parte del Gobierno más mentiroso de nuestra historia reciente, no parece una buena disculpa: “La sartén le dijo al cazo, quítate que me tiznas”