Vivimos un época realmente distópica, en la que se trata de imponer una realidad inexistente, falsa y confundir los seres humanos de buena voluntad.
Lo acabamos de ver en el reciente Congreso de PSOE, en el que hemos visto, como se aplaude a personas que han sido condenadas por asuntos muy graves, aunque luego hayan sido indultadas y a personas inmersas en investigación por los juzgados.
Todo un ejemplo lamentable de ética y moral, para las nuevas generaciones de españoles, que asisten perplejos a como se quiere convertir las malas conductas en algo bueno y positivo.
Otro tanto, sucede con el derecho a la vida de los no nacidos.
Ahora, se trata de presentar el aborto, como un derecho, lo que no deja de ser algo monstruoso. Quitar la vida a un inocente, por mucho que se quiera, por parte de algunos, nunca será un derecho.
En está especie de “locura”, se trata de ir más lejos, presentando a los que defienden la vida como seres intolerantes y a los que ahora se califica de ultraderechistas.
La defensa de la vida, es uno de los actos más bellos para cualquier ser humano que se precie y toda una obligación ética y moral, que ninguna propaganda, ni ningún falso derecho puede ocultar por mucho que se quiera por parte de personas que han perdido toda referencia ética y moral.
La defensa de la vida, siempre será un derecho fundamental.